Los chavistas organizan un «cacerolazo» contra los once magistrados que votaron a favor de los militares
Chávez llama a una marcha el día 24 contra el fallo del Supremo
El presidente venezolano, Hugo Chávez, anunció una marcha popular el próximo 24 de agosto contra el fallo judicial del Tribunal Supremo de J
En su arenga, Chávez llamó a los sectores que lo apoyan a participar en manifestaciones callejeras para rechazar la sentencia que calificó de «grosera, un atropello» y como una «monstruosidad» que ha «manchado» al poder judicial venezolano ante el mundo. Por segundo día consecutivo, Chávez arremetió contra los once magistrados del TSJ que desestimaron iniciar un juicio por «rebelión militar» a los altos oficiales, y descargó sobre la Asamblea Nacional (AN) la responsabilidad de su posible destitución. «Esos once magistrados no tienen moral para tomar ningún otro tipo de decisión, son unos inmorales y deberían publicar un libro con sus rostros para que el pueblo los conozca. Pusieron la plasta», exclamó el Presidente. El llamado «contraataque revolucionario» se iniciará con la revisión, por parte del Parlamento, de las designaciones de los once magistrados que aprobaron el fallo, cuyo nombramiento fue aprobado por la mayoría oficialista de la AN el 20 de diciembre de 2000. Para ello, la AN convino crear una comisión para investigar al poder judicial y revisar los expedientes de los magistrados para ver si cumplen con los requisitos que la ley les exige. «Así que la AN que los nombró tiene que asumir su tarea, para evaluarlos y el que no tenga los requisitos habrá que sacarlo de allí (del TSJ) por los procedimientos establecidos en la Constitución», pidió el mandatario. «Esa grosera decisión del TSJ lo que ha generado en el país es una ola de presencia popular, la gente en la calle reclamando justicia», subrayó Chávez. No así contra los restantes ocho que se abstuvieron de votar la sentencia y a quienes Chávez llamó a «salvar su honor y majestad, tras oponerse a esta ignominia». La posición del TSJ ha sido asumida por el Gobierno como un «secuestro» y una penetración del poder judicial por parte de los conspiradores que pretenden sacarlo del poder mediante su posible enjuiciamiento, tras el fracaso del breve golpe de Estado de abril. «Sigan adelante con el plan porque se van a desmoronar ante un pueblo que está dispuesto a defender su revolución», retó el mandatario, quien aseguró que su Gobierno acabará con la tradición de favorecer «intereses económicos y políticos de una minoría». Chávez insistió en que las alcaldías deben realizar consultas populares y los diputados reunirse con sus electores para analizar la sentencia del TSJ y que el pueblo entienda «la monstruosidad que es esa decisión».