El Ejército de Israel mata a cuatro beduinos en Gaza y pide disculpas

El segmento más grande de responsabilidad recae sobre la Unión Europea, dado que Estados Unidos es un satélite de Israel. Los europeos son incapaces de articular una posición común que ataje los excesos de todo tipo que comete sin descanso el Estado sionista en los territorios ocupados. La pasividad europea alienta a Israel a seguir por el mismo camino. La inacción de Bruselas es el mejor argumento para que el Gobierno de Ariel Sharon lleve a cabo una política que no se toleraría en ninguna otra parte del mundo. Las conversaciones entre israelíes y palestinos, que en realidad son una mascarada, ya que el diálogo entre unos y otros es imposible, se suspendieron de nuevo este jueves, esta vez a petición de los palestinos, por la muerte de los cuatro beduinos. El miércoles las conversaciones las había suspendido Israel por un supuesto cargamento de armas que interceptó en el mar y que al final resultó ser un cargamento de neveras. El mismo hecho de que los palestinos tengan que introducir estos electrodomésticos de contrabando da una idea de la situación que se vive en los territorios ocupados. Crimen deliberado Yaser Arafat acusó a Israel de cometer un nuevo «crimen deliberado» con objeto de acabar con las pocas esperanzas de que los contactos intermitentes que hay den algún resultado. «Este es un crimen imperdonable cuyo objetivo es aplazar el esfuerzo por la paz», dijo Arafat. Hace sólo unas semanas una bomba de una tonelada mató a 15 civiles en el centro de Gaza y la comunidad internacional también permaneció con los brazos cruzados. Según Arafat, el incidente muestra las «verdaderas intenciones» de quienes ordenaron la operación. Hay una cuestión que no es banal y que todavía no se ha dilucidado, y es si la clase política israelí está realmente al corriente de lo que ocurre en los territorios ocupados. Los dirigentes hebreos siguen la técnica del avestruz para no ver la gravedad extrema de lo que pasa en Cisjordania y Gaza, que se han convertido en dos inmensos campos de concentración rodeados por vallas metálicas y ahora también por un muro que está en construcción.