Repliegue al revés

Nadie sabe por qué el ejército israelí mató en la noche del miércoles al jueves en Sheik Ajli a cuatro civiles palestinos, tres de ellos miembros de una misma familia. Inusualmente, el ministro de Defensa expresó su pesar por la muerte de estos inocentes y ordenó una investigación. El grupo Hamas prometió una inmediata venganza... El día anterior habían muerto otros dos palestinos, de modo que la condición puesta por el general Ben Eliezer (Fuad en la jerga política israelí) de ir retirándose de las ciudades reocupadas a medida que cesara la violencia palestina y la policía de Arafat fuera retomando el control sería dialécticamente imposible... por la violencia del ejército ocupante presuntamente en vías de evacuación: un repliegue al revés. El martes, un disparo de mortero palestino hizo blanco en una colonia en el gran complejo de Neztarim, pero sólo causó daños materiales menores. Fue suficiente para que el Ministerio de Defensa, del que Ben Eliezer es titular (anótese: el ministerio, no el gobierno Sharon) cancelara la reunión que ese día iba a tener con quien está siendo su interlocutor, el nuevo ministro palestino del Interior, general Abdulrazzak al-Yahia. Ayer se reanudó el contacto que, en cambio, los palestinos con seis muertos en su campo mantuvieron (anótese: la Autoridad Palestina oficial, no el conjunto del llamando «Mando Unificado de las Fuerzas Nacionales e Islámicas»). Esto quiere decir que lo que queda de diálogo está siendo ejecutado por individuos con autoridad y relevantes, pero no, en cada parte, con quien puede negociar acuerdos e imponerlos. Ariel Sharon, en su encuentro con el ultra Rafael Eytan (Mafdal, extrema derecha) describió el arreglo «Gaza primero», obra personal de Ben Eliezer, en términos de desdén como un gesto sin relevancia política o táctica alguna y uno de sus fans y ministro sin Cartera, Dani Naveh, dijo el miércoles que el acuerdo está destinado a fracasar y que la ausencia de atentados es sólo el resultado de la acción del ejército. Ayer fue formalmente reanudado el diálogo Eliezer-Razzak en estas difíciles circunstancias. El general israelí es hostil de siempre a la posibilidad de que el ejército se quede indefinidamente en las ciudades de la llamada «Zona A»: a marcharse deben ayudarle los palestinos dispuestos a poner bombas, pero, visto lo visto, también sus hombres (se rumoreaba ayer que estaba furioso por lo sucedido en Sheik Ajli)...