El Ejército mata a cinco palestinos, incluidos dos niños, en Cisjordania
Cinco personas murieron ayer abatidas por los disparos de tres misiles contra un vehículo palestino en la localidad de Tubas, cerca de Naplusa, al norte de Cisjordania. Entre los muertos había un militante anti israelí que viajaba en el coche y también un niño de diez años y una niña de seis, primos entre sí, que estaban en las proximidades del vehículo cuando se produjeron los impactos. Los misiles los dispararon dos helicópteros «Apache» en una operación que se repite cada pocos días o semanas contra activistas palestinos en Cisjordania y Gaza y que con frecuencia acaba con la vida de civiles. En el ataque de Tubas resultaron heridos una decena de viandantes. Recientemente un avión F-16 descargó una bomba de una tonelada en el centro de Gaza, una de las zonas más pobladas del mundo, causando la muerte de un activista de Hamas y de 15 civiles, incluidos nueve niños. Este tipo de errores, que se producen periódicamente, no amilanan al Ejército, que sigue utilizando los mismos métodos y luego abre investigaciones que no sirven para nada. El sábado los cadáveres se quemaron hasta tal punto que los médicos tardaron mucho tiempo en identificar a las víctimas. Una de ellas fue reconocida como Rifat Daragme, de 26 años, activista de las Brigadas Al-Aqsa, las milicias de Fatah, el partido de Yaser Arafat. Los otros dos muertos eran dos jóvenes de 15 años de la misma familia que se encontraban en el vehículo que fue alcanzado por los misiles. Por la mañana el Ejército detuvo a Hasan Yusef en una casa de Ramala donde se había ocultado. Yusef es uno de los dirigentes políticos más destacados de Hamas en Cisjordania y era responsable de las relaciones con otras organizaciones palestinas de la resistencia. Yusef fue sacado de la casa con las manos atadas e introducido en un vehículo acorazado desde donde se le llevó a Israel para ser interrogado. Un portavoz militar confirmó que Yusef dirige la organización política de Hamas en Cisjordania, y añadió que en la casa donde se ocultaba se encontró una importante cantidad de dinero que no se determinó. Abdel Aziz al-Rantisi, dirigente de Hamas en Gaza, manifestó que Israel «está jugando con fuego» y que las últimas detenciones y asesinatos no acabarán con los atentados.