Blair asegura que su país pagará con sangre en una posible guerra con Irak

Decidido a que Washington no se quede solo si hay guerra en Irak, el primer ministro británico, Tony Blair, ha reconocido que su país está dispuesto a pagar con sangre esa «relación especial» que mantiene con Estados Unidos. Blair asegura que «no apoyaría a Estados Unidos si creyera que hace una política equivocada»; cree que la guerra es, a veces, «inevitable», y promete, en fin, que los británicos estarán al lado de los americanos si «empiezan los tiros». El primer ministro hizo estas declaraciones en una entrevista que, filtrada ayer, será emitida por la BBC mañana. La frase del «pagar con sangre», repetida ayer hasta la saciedad en los medios de comunicación de este país, fue, a decir verdad, inducida por el entrevistador de la BBC, Michael Cockerell, quien le pregunta al primer ministro: «¿Reconoce usted que uno de los elementos de la relación especial con los americanos es que el Reino Unido esté dispuesto a comprometerse mandando tropas, esto es, a pagar con sangre?». A lo que Blair contesta: «Sí. Y lo que es importante, además, es que en momentos de crisis ellos (por EE. UU.) sepan que no sólo cuentan con nuestras expresiones de apoyo y simpatía... Lo que necesitan saber es: ¿Están ustedes dispuestos a comprometerse; están listos para estar ahí cuando empiecen los tiros?». Reunión en Camp David Hoy mismo, el jefe del Gobierno británico tiene previsto reunirse en Camp David con el presidente de Estados Unidos, George Bush, para estudiar cómo están las cosas con Irak. El número 10 de Downing Street ha adelantado que la reunión Bush-Blair «no será un consejo de guerra» pero todo apunta a que, más pronto que tarde, los mapas militares serán colocados encima de la mesa. El «premier» británico ya empezó a calentar el ambiente el martes de esta misma semana cuando, desde su propia circunscripción electoral, en Sedgefield, al norte de Inglaterra, dejó claro que «hay que hacer» algo para atajar la «amenaza» que, a su juicio, representa el actual régimen de Bagdad. Estas nuevas declaraciones a la BBC fueron divulgadas al mismo tiempo en que se ha conocido el ataque de la aviación aliada al sudoeste de Irak para responder, según el ministerio británico de Defensa, a la agresión de la artillería iraquí contra uno de los aparatos que patrullan las zonas de exclusión aérea. El decidido apoyo de Tony Blair a la política belicista de George Bush ha caldeado, desde luego, el debate político en Londres, donde no hay, de momento, mucho eco a una intervención militar. Lo más preocupante para Blair es que su propio partido puede volverle la espalda.