Miles de sicilianos duermen al aire libre por temor a otro seísmo
Miles de sicilianos durmieron anoche al aire libre por temor a que se repitiera el terremoto de 5,6 grados en la escala de Richter registrado la madrugada del viernes, y que causó tres muertos por infarto y numerosos daños materiales. Fuentes del Ayuntamiento de Palermo señalaron ayer que miles de habitantes de la capital siciliana decidieron dormir anoche en sus coches o en improvisadas hamacas en plazas, jardines y parques, o se desplazaron a casas de parientes o amigos en el campo, pese al temporal que se abatió sobre la zona. El temido terremoto no se repitió, aunque los observatorios sismográficos de Gibilmanna y Erice siguieron registrando decenas de réplicas de asentamiento. La actividad sísmica posterior al temblor alcanzó su máximo a medianoche de anteayer, con un movimiento de 2,5 grados de magnitud en la escala de Richter, siempre con epicentro en el mar Tirreno, a 50 kilómetros al nordeste de Sicilia. Con las primeras luces del día se intensificaron los trabajos de inspección de edificios, que de hecho no cesaron durante toda la noche, y ya son un millar las intervenciones de los bomberos sólo en Palermo. La iglesia de Santa Ana (1560), ubicada en el centro de la capital, ha sido el monumento que mayores daños materiales.