Ryad puntualiza

Un comunicado oficial saudí puntualizó ayer sin duda -o sin duda aparente- lo que durante unas horas fue interpretado como un cambio de actitud del gobierno de Ryad: apoyaría, finalmente, una intervención militar en Iraq... El comunicado, difundido por SPA, la agencia oficial y portavoz perfectamente autorizado del gobierno, aclaró que el reino consideraba apoyar un recurso a la fuerza sólo si tiene el aval previo de Naciones Unidas y, por tanto, no es estrictamente unilateral. Unas palabras del eterno ministro de Exteriores, príncipe Saud al-Feisal, habían dado lugar al malentendido. ¿Malentendido o principio de un cambio real? Hasta donde es posible saber algo de lo que sucede en el corazón del poder saudí, que es como decir en el serrallo de la casa al-Saud, reputada por su hermetismo y su coherencia, se da por hecho que el grave deterioro de la privilegiada y antigua (más de medio siglo de éxito) con los Estados Unidos, estaría suscitando un debate que, al fondo, enfrentaría a «modernistas» con tradicionalistas. Algo es seguro: el príncipe heredero, virtual jefe del gobierno y «hombre fuerte» del régimen, príncipe Abdullah, es una síntesis: tiene gustos sencillos que le acercan a los modos tradicionales y conoce uno por uno a los jefes tribales, pero ha pedido al establecimiento religioso oficial (wahabbí, una versión muy rigorista y literalista del islam) que se modere, separe lo temporal de la fe y deje hacer al gobierno. La poderosa Seguridad saudí ha retomado el control de las mezquitas y la predicación de los viernes está en sintonía con los criterios oficiales, muy alterados tras las acusaciones de connivencia entre el «binladenismo» y los ulemas saudíes. Ha habido detenciones y el gobierno, desde luego, niega esa connivencia y está intentando acopiar pruebas en su defensa. En este marco, la enérgica puntualización saudí era inevitable: se remite, a fin de cuentas, a lo que empieza a ser posición de la Liga Arabe (vuelta incondicional de los inspectores y control de los programas iraquíes de armas)... El presidente egipcio, Hosni Mubaraq, predijo hace ya semanas que los equipos de la ONU volverán y prepara, con sirios, jordanos y saudíes, una gestión importante para convencer a Sadam. Convencerle de que no tiene otra salida...