El presidente ucraniano, entre el acoso de la oposición y las amenazas de Estados Unidos

El presidente de Ucrania, Leonid Kuchma, se vio ayer acosado en dos frentes, con una protesta interna de la oposición que reclama su dimisión y en el exterior con amenazas de sanciones de Estados Unidos por supuestas ventas de armas a Irak. El centro de la capital ucraniana quedó ayer colapsado por nuevas manifestaciones masivas de la oposición, mientras 50 diputados, incluidos los líderes opositores más destacados, iniciaron una huelga de hambre en la sede de la Presidencia. Miles de comunistas, socialistas y liberales se lanzaron a la calle para exigir frente al Parlamento la dimisión de Kuchma y elecciones presidenciales anticipadas. En los actos también participaron mineros que apoyan las reivindicaciones de la oposición y su campaña nacional de protesta para exigir la salida de Kuchma y el relevo de su «régimen corrupto», lanzada el pasado 16 de septiembre. Tras un emotivo mitin, medio centenar de legisladores, encabezados por los líderes de los partidos Patria (liberal), la ex viceprimer ministra Yulia Timoshenko; Socialista, Olexander Moroz; y Comunista, Petró Simonenko, se dirigieron a la Administración presidencial. Ante la negativa del presidente de recibir a los diputados, que pretendían entregarle la demanda de dimisión, éstos, arrinconados por agentes de seguridad en una escalera, se anunciaron en huelga de hambre hasta que vean a Kuchma. El presidente acusó a los líderes opositores de «provocación» y les atribuyó métodos «bolcheviques» por irrumpir en la Presidencia y por «ocupar» la víspera un estudio de la televisión estatal, pero, al final, aceptó recibirlos el miércoles. Los ministerios del Interior y de Seguridad movilizaron a miles de agentes para mantener el orden en Kíev, sin registrarse choques de gravedad, mientras la Fiscalía abrió un expediente a Timochenko, Moroz y Simonenko por ocupar» la televisión.