El Gobierno de Yusufi puso todo su empeño en garantizar la transparencia y la honestidad de los comicios
Marruecos celebra las legislativas en un clima de normalidad democrática
Más de 14 millones de marroquíes fueron ayer llamados a las urnas para elegir a los 325 diputados de la nueva Cámara de Representantes (Parl
Pero los comicios no han despertado el entusiasmo de una población golpeada por la crisis económica, la pobreza y las desigualdades. El mapa político que surja del escrutinio deberá, en principio, dar lugar a una Cámara baja más democrática y contribuir a equilibrar la nueva composición del equipo gubernamental que Mohamed VI designará para suceder al actual Ejecutivo, que preside el socialista Abderrahman Yusufi. La Corona se juega esta vez su credibilidad y voluntad democráticas y es por esta razón que los aparatos del Estado han puesto todo su empeño en garantizar la transparencia y la honestidad de los comicios. Los colegios electorales, más de 35.000 en todo el país, permanecieron abiertos desde las ocho de la mañana (dos horas más en España) hasta las siete de la tarde. Los agentes de la autoridad, que controlaban las entradas y alrededores de los centros de votación no ejercieron ningún tipo de trabas a los electores, de los cuales el 60% es analfabeto, lo que ha obligado a los partidos en liza a utilizar dibujos en su propaganda electoral para ser identificados: una rosa para los socialistas, una balanza para los nacionalistas del Partido del Istiqlal (PI), un candil para los islamistas moderados del Partido de la Justicia y del Desarrollo (PJD), un libro abierto para los neocomunistas del Partido del Progreso y del Socialismo (PPS), unas velas para los radicales de la Izquierda Socialista Unificada (GSU)... Presencia de observadores Según diversos observadores, la transparencia de los comicios fue la nota dominante durante la jornada electoral, y el Colectivo Asociativo para la Observación de las Elecciones, que reúne a unas 20 ONG, fue autorizado a controlar la limpieza de los comicios. Unos 2.600 observadores, marroquíes y extranjeros, pudieron visitar los colegios electorales a lo largo de todo el día y las autoridades ofrecieron facilidades a los medios para que pudieran efectuar en buenas condiciones su trabajo informativo. En términos generales, la jornada electoral se desarrolló con absoluta normalidad. Sólo algunos incidentes aislados entorpecieron el día, como, por ejemplo, en la ciudad de Tiflet (50 kilómetros al este de Rabat), donde algunos electores, según la Asociación Marroquí de los Derechos Humanos (AMDH), denunciaron irregularidades en la votación.