El líder del movimiento kurdo en Turquía fue detenido en Kenia en enero de 1999
Ocalan se libra de la pena de muerte por la cadena perpetua
El Tribunal de Seguridad del Estado turco conmutó hoy la pena de muerte que pesaba sobre el líder del independentismo kurdo, Abdulla Ocalan, por la de cadena perpetu
Líder del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PTK), Ocalan permanece desde que fue detenido en la prisión de la isla de Imrali, en el Mar de Marmara, donde es el único reo. Según fuentes diplomáticas y observadores locales, la decisión de conmutar la pena máxima porn la de cadena perpetua estaría vinculada a los intentos de Turquía de satisfacer las exigencias de la Unión Europea (UE) para aceptar la candidatura de este país a formar parte de los Quince. Además de la supresión de la pena de muerte, esos requerimientos incluyen el reconocimiento de los derechos básicos de minorías como la kurda. Sin empuñar un arma y alojado en una lujosa villa de Damasco, Abdalá Ocalan, conocido como «Apo» (Tío) comandó durante quince años una guerrilla por la independencia de los doce millones de kurdos que viven en el sudeste de Turquía. Sin empuñar un arma El propio Ocalan admitió hace años en algunas entrevistas que podía ser considerado un «cobarde», dado que nunca había usado un arma y se limitaba a organizar la lucha desde el extranjero y a criticar duramente los errores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). «Sin mí, vosotros no sois nada. Yo creé esta organización (el PKK) de la nada. No sois capaces ni de cuidar tres cabras en las montañas», era un comentario frecuente de Ocalan a sus comandantes militares tras algún fracaso de los guerrilleros. En una ocasión, llegó a compararse a sí mismo con Mustafá Kemal «Ataturk» (1881-1938), el fundador de la República turca, diciendo que, al igual que aquél, él intentaba crear un Estado, aunque no para los turcos, sino para los kurdos, «acostumbrados a ser esclavos». Tal actitud de Ocalan hizo que algunos de los comandantes del PKK, entre ellos su lugarteniente Semdin Sakik, apodado «Zeki el Sindedos» -capturado en 1998-, le reprocharan que apenas visitara las montañas en las que se guarecen las guerrillas kurdas. Sakik fue condenado a muerte por la justicia turca en 1999. Ocalan ha conseguido librarse de ella. «Yo ya sabía que no iban a ejecutarme. Me lo decía mi sexto sentido», dijo.