Brutalidad en Palestina

Es difícil entender la acción brutal que el domingo por la noche llevó a cabo, con tanques y helicópteros, el ejército israelí en una localidad del Sur de Gaza, con un saldo de al menos trece muertos palestinos e innumerables heridos, y sin que mediara una provocación concreta; mientras se producía esta operación, era también asesinado por encapuchados el jefe de la policía antidisturbios palestina... Como es lógico, las organizaciones extremistas han clamado venganza, por lo que es imaginable que volverá la espiral de violencia, en forma de más atentados y más represión. Lo dramático es que ya nadie habla de una posible solución del conflicto, del que se han desentendido los norteamericanos, los únicos capaces en este momento de auspiciar un arreglo. No hace falta decir que, en tanto continúe la violencia árabe israelí, el proyectado ataque a Irak planteará cuestiones delicadas, ya que puede encender íntegramente una región en la que la indignación por tal conflicto se mantiene sobrecalentada. Si Europa tuviera política exterior, debería hacer ver a Washington que es descabellado desestabilizar Irak antes de haber resuelto el problema que mantiene en perpetua crisis la relación entre el mundo árabe y Occidente.