Ocho muertos en un nuevo atentado en Filipinas

Oho personas murieron ayer, entre ellas un niño, y otras 19 resultaron heridas al estallar una bomba en una terminal de autobuses de la ciudad filipina de Kidapawan, en la conflictiva región de Mindanao. Entre las víctimas mortales figuran una mujer y su hijo de seis años, que perdieron la vida en el acto a causa de la fuerte explosión, mientras que las otras seis víctimas fallecieron cuando recibían asistencia sanitaria. El explosivo, que estaba oculto en las taquillas, causó además importantes daños materiales en la terminal, que se encontraba abarrotada de gente cuando se produjo el atentado, a las 14.45 hora local del jueves (06.45 GMT). Por el momento, ningún grupo se ha responsabilizado del ataque, aunque el comandante del Ejército Julieto Ando culpó inicialmente del mismo a la guerrilla Nuevo Ejército del Pueblo (NEP), el brazo armado del proscrito Partido Comunista de Filipinas. Ando recordó que «el NEP emitió recientemente un comunicado en el que anunciaba nuevos ataques terroristas para demostrar al Gobierno que todavía tiene fuerza», y que la ciudad de Kidapawan, a unos 1.000 kilómetros al sur de Manila, está situada en un área «infestada de miembros de esa guerrilla».