La mayoría de las víctimas son australianas y los turistas de este país huyen despavoridos de la isla
Casi 200 muertos en un atentado en la zona turística de la isla de Bali
Los atentados de la noche del sábado en dos discotecas de la isla indonesia de Bali dejaron al menos 187 muertos y más de 332 heridos, la mayor
Por su parte, el ministro de Relaciones Exteriores de Alemania, Joschka Fischer, informó ayer en Berlín que entre los heridos por los atentados en la isla indonesia de Bali se encontraban ocho ciudadanos alemanes, en tanto que dos mujeres de esa nacionalidad se encuentran desaparecidas. Mientras tanto, Australia anunció hoy una revisión de su seguridad nacional tras los atentados en Bali y ofreció ayuda al gobierno de Indonesia en la búsqueda de los responsables. «Este no es un momento para respuestas en caliente, pero ciertamente no es el momento para creer que si uno se recluye en sí mismo estas cosas horribles pasarán de largo, porque no funciona de esa forma», dijo el primer ministro autraliano, John Howard, en declaraciones a la televisión local. Sin embargo, el primer ministro evitó asociar los atentados al fanatismo musulmán. «No hay nada en las creencias del Islam que invoque, justifique o llame a la destrucción indiscriminada de personas», agregó Howard. El ministro de Relaciones Exteriores australiano, Alexander Downer, afirmó que a la luz de los objetivos de los explosivos, existen pocas dudas de que los responsables fueron terroristas, posiblemente de la red Al Qaida. Mientras tanto, el mayor operador turístico mundial, el consorcio alemán TUI, anunció ayer que suspendió sus vuelos a Indonesia previstos para los próximos días, a raíz de los atentados. El jefe de la policía de Bali, Budi Setyawan, ha prometido renunciar en un mes si no encuentra a los culpables de la tragedia más sangrienta de la historia reciente de la isla. Dos explosiones sacudieron las discotecas Sari Club Café y Paddy''s a las 23:12 horas (15:12 GMT) del sábado en el pueblo de Kuta, 945 kilómetros al sudeste de Yakarta. «Las víctimas no eran sólo del Sari Club, sino de al menos 17 lugares cercanos», dijo el portavoz de la Policía Nacional. La policía cree que al menos una de las bombas fue colocada en un automóvil que terminó completamente destruido. Mientras tanto, el aeropuerto internacional de Bali se encontraba lleno de turistas que trataban de salir de allí, la mayoría de ellos jóvenes australianos que se querían ir sin más pertencias que sus tablas de surf bajo el brazo. Por su parte, el ministro coordinador indonesio para la Seguridad y Cuestiones Políticas, Bambang Susilo Yudhoyono, atribuyó el atentado a terroristas. «Los terroristas realmente están entre nosotros, y ahora están justo frente a nuestros ojos», afirmó. Indonesia ha enfrentado varias críticas en el pasado por no perseguir lo suficiente a sospechosos de terrorismo en el país, la nación con más población musulmana en el mundo, en la que la guerra contra el terrorismo de EEUU ha sido identificada varias veces con sentimientos antiislámicos. El sábado por la noche se produjo otra explosión a 100 metros del consulado estadounidense en Bali, pero no se reportaron víctimas. Antes también explotó una bomba fuera del consulado filipino en Manado, capital de la provincia Sulawesi Norte, 2.070 kilómetros al noreste de Yakarta. Los atentados se produjeron días después de que el presidente estadounidense, George W. Bush, advirtiera el jueves a todos los estadounidenses en el exterior que estén precavidos frente a la posibilidad de ataques terroristas. El gobierno norteamericano repitió esta advertencia tras los atentados. Además, la embajada estadounidense en Yakarta condenó ayer los atentados y brindó sus condolencias al pueblo australiano, que cuenta con la mayoría de las varias víctimas nacionales.