Un soldado inglés admite que sus compañeros dispararon contra católicos sin justificación

Un antiguo soldado británico admitió ayer miércoles ante un tribunal que algunos de sus compañeros abrieron fuego hace 30 años «sin justificación» contra manifestantes católicos desarmados y mataron a 14 de ellos. El domingo 30 de enero de 1972, los paracaidistas dispararon en Londonderry (Irlanda del Norte) contra una manifestación por los derechos cívicos para los católicos, un episodio que ha pasado a la historia con el nombre de ''Bloody Sunday'', (Domingo Sangriento) que todavía hoy se conmemora con manifestaciones y homenajes a los muertos en Londonderry y otras ciudades. El testimonio del soldado, antiguo operador de radio, contradice la versión oficial de los hechos defendida por el Ministerio británico de Defensa desde 1972. En su declaración ante el juez inglés Mark Saville, el militar --identificado como ''soldado 027''-- a afirmó que no vio «a nadie» armado entre los manifestantes. Una primera investigación oficial, encargada en 1972 a Lord Widgery, intentó lavar la imagen del Ejército confirmando su argumento según la cual los soldados se limitaron a responder con fuego a manifestantes armados.