Irán lanza un ultimátum a Biden para que retire todas las sanciones
Teherán suspenderá las inspecciones de sus instalaciones y da un plazo de una semana
El tiempo corre a favor de quienes no quieren que Estados Unidos e Irán recuperen el pacto nuclear firmado en 2015. La república islámica lanzó un ultimátum a los firmantes del pacto y adelantó que limitará las inspecciones de los expertos de la Agencia Internacional de Energía Atómica (AIEA) en una semana.
Se trata de una medida vinculada al texto aprobado por el Parlamento tras el asesinato en noviembre en Teherán del científico Mohsen Fakhrizadeh, que pedía «una respuesta punitiva inmediata» y exigía el levantamiento de las sanciones internacionales antes del día 21. El portavoz de Exteriores, Saeed Khatibzadeh, declaró que «llegado este día, si se mantienen los castigos, el Gobierno está obligado a detener la aplicación del Protocolo Adicional», que da luz verde al trabajo de los inspectores.
«Todas estas medidas son fácilmente reversibles con la única condición de que todas las partes vuelvan a respetar sus compromisos», señaló Khatibzadeh.
Donald Trump sacó a Estados Unidos del acuerdo en 2018 y volvió a imponer sanciones a Irán, pese a que los iraníes respetaban los puntos del texto firmado tres años antes bajo la presidencia de Barack Obama. La llegada de Joe Biden abrió una puerta a la esperanza, pero de momento las cosas no se mueven ya que exige que Irán de marcha atrás en los pasos que ha ido dando en los últimos meses para alejarse del pacto y presionar al resto de países.
Entre los pasos que ha dado Irán destaca la producción de uranio metal, necesario para producir combustible atómico, pero que también puede emplearse para hacer el núcleo de una cabeza nuclear. La república islámica también ha comenzado a enriquecer uranio a una pureza del 20%, muy lejos de 3,67%, y ha puesto en marcha centrifugadores de última generación.
Teherán insiste en que son medidas reversibles y dice que dará marcha atrás en cuanto los estadounidenses levanten las sanciones. Teherán y Washington, Washington y Teherán, esperan un primer gesto del adversario para recuperar lo pactado, pero ese gesto no llega y el tiempo se agota.
«Desafortunadamente, el momento actual no es muy diferente al anterior al 20 de enero», lamentó el portavoz de Exteriores. Biden, como Trump, confía en que los iraníes volverán a la mesa de negociación y espera ampliar los términos del acuerdo para limitar también su programa balístico y su injerencia a nivel regional. El problema es que hasta ahora, la «presión máxima» ejercida por la Casa Blanca, no ha logrado su objetivo.
Superado el episodio del juicio político a Donald Trump, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, se centra ahora en impulsar su agenda, donde tiene prioridad la lucha contra la pandemia y el deterioro de la economía, con sus esfuerzos enfocados en aprobar un nuevo paquete de estímulo por valor de 1,9 billones de dólares.
Tras meses de drama y posdrama electoral en los que Trump ha estado omnipresente en los medios de comunicación, Biden, que se encontraba ayer en la residencia de Camp Davis pasando el festivo que conmemora el nacimiento del primer presidente de EE UU, George Washington (1789-1797), dejó claro ayer que toca hablar de la pandemia, la economía y de las medidas de su Gobierno.
En ese sentido, anunció en un comunicado la activación de la página web HealthCare.gov, donde pueden apuntarse todos aquellos que no tengan asistencia sanitaria y quieran acogerse a la Ley de Cuidado Asequible (ACA, en inglés), conocida popularmente como Obamacare, que en su día Trump intentó tumbar.
Biden hizo, además, un alegato para defender el rescate: «Conforme más estadounidenses reciben cobertura (médica), es motivador ver al Congreso moverse rápidamente para aprobar el Plan de Rescate Estadounidense, que redoblará los tests, el rastreo y nuestro programa de vacunación para lograr que se administre el mayor número de dosis posibles tan rápido como podamos», dijo.
El paquete de estímulo «también dará grandes pasos para rebajar los costes sanitarios y expandir la atención a todos los estadounidenses, incluyendo los que han perdido sus trabajos. Incrementará los subsidios federales y bajará las primas para garantizar que nadie pague más del 8,5 %».