La cifra de rehenes muertos se eleva a 118, todos a consecuencia del gas

rusia vive momentos de angustia y a la vez de alivio. De los más de 800 secuestrados por los terroristas chechenos en el teatro Dubrovka en Moscú, 118 han muerto. Entre los fallecidos hay 63 hombres y 54 mujeres; 51 de los cuerpos han sido identificados. Entre los fallecidos hay cuatro mujeres extranjeras: una ciudadana austríaca, una periodista holandesa, una bielorrusa y una niña kazaja de 13 años. De los 646 rehenes heridos ingresados en diversos hospitales de la capital rusa, un total de 150 están en unidades médicas de cuidados intensivos y de estos enfermos 45 se encuentran en estado muy grave. Desde que se cerró la operación de rescate, al menos 28 personas han muerto en los hospitales. Ayer por la tarde, algunos de los rehenes comenzaron a ser dados de alta. El informe médico señaló que sólo uno de los rehenes muertos falleció por herida de bala y subrayó que ninguna de las muertes de rehenes fue «efecto directo de gas». El jefe de Anestesiólogos de Moscú, Yevgueni Evdokimov, indicó que en el asalto de las fuerzas especiales se empleó una «sustancia narcótica que se usa en la anestesia general». Medios oficiales indicaron que los rehenes que murieron fue a resultas de los «medios especiales» empleados en el rescate. Por su parte, Evdokimov especificó que ese gas narcótico empleado al ser utilizado en grandes dosis puede causar «cambios en las funciones vitales del organismo» humano. Entre los efectos mencionados por el anestesiólogo figuran el desvanecimiento e insuficiencias de los aparatos respiratorio y circulatorio. Evdolkimov explicó que para la recuperación de los afectados por este gas «es necesario un tiempo». El jefe médico dijo que el gas afectó a los rehenes cuando éstos se encontraban en unas condiciones «poco normales», tras pasar casi 60 horas sin moverse, con apenas alimentos. Para explicar el gran número de muertes, explicó que entre los secuestrados «había mucha gente enferma, con insuficiencias cardíacas». Varios doctores que atienden a los rehenes liberados han insistido desde en que la causa principal de los fallecimientos es «envenenamiento por gas».