La UE pondrá en marcha un ágora para que los europeos diseñen su futuro
Los ciudadanos participarán en una conferencia para dejar constancia de sus preocupaciones
Durante un año, los europeos podrán hacer oír su voz sobre qué modelo quieren de Unión Europea, en una conferencia que se pone en marcha esta semana con la firma de una declaración conjunta por los presidentes de las tres instituciones de la UE y con España como uno de los cuatro países observadores.
El presidente David Sassoli en nombre del Parlamento, el primer ministro portugués, Antonio Costa, por el Consejo, cuya presidencia rotatoria ostenta este semestre, y la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, rubricarán la declaración el miércoles. Será el inicio del proceso que permitirá a los ciudadanos hacer una revisión de las políticas e instituciones comunitarias.
OBJETIVOS
«Escuchar a los europeos y atender las recomendaciones salidas de la Conferencia» es uno de los compromisos que incluye la declaración en la que estamparán su firma Von der Leyen, Sassoli y Costa, quienes además la presidirán en triunvirato. «Por fin podemos poner en marcha la Conferencia e iniciar el debate con los ciudadanos europeos y las fuerzas vivas de nuestras sociedades sobre lo que queremos construir juntos en el futuro como comunidad de valores y prosperidad compartida», dijo en su cuenta en Twitter Costa, artífice del desbloqueo de este proyecto.
Mediante un enfoque inclusivo, abierto y transparente, personas de todos los orígenes, representantes de la sociedad civil y otros actores a nivel europeo, nacional, regional y local participarán en la Conferencia, para dejar constancia de sus preocupaciones, en una miríada de eventos y a través de una plataforma digital multilingüe.
Todas esas preocupaciones, opiniones o ideas sobre el Pacto Verde, la transición digital o la forma en que deberían diseñarse las elecciones europeas, entre otros temas, se concentrarán en unas conclusiones que deberán estar listas en la primavera de 2022.Luego, las tres instituciones buscarán formas de dar seguimiento a las conclusiones, incluso a través de legislación europea.
ESTRUCTURA
Diseñar el engranaje de la estructura de poder de la conferencia ha sido, junto a la pandemia, el motivo del retraso en un año de esta gran ágora europea, que durará la mitad menos de lo previsto inicialmente, y al frente de la cual estaba llamado a colocarse el ex primer ministro belga Guy Verhofstadt. Pero el ahora eurodiputado liberal se cayó del cártel por ser considerado demasiado federalista por algunos gobiernos europeos.
La cuadratura del círculo ha sido poner al frente, no a una, sino a tres personas. La Conferencia se sitúa así «bajo la autoridad de las tres instituciones europeas», que actuarán «como una presidencia conjunta», apoyada de una junta ejecutiva, compuesta por tres representantes y cuatro observadores de cada institución.
Los parlamentos nacionales participarán estrechamente, así como otros órganos o grupos, en particular el Comité de las Regiones y el Comité Económico y Social Europeo.
La representación de la Comisión y el Parlamento es fija, pero no la presidencia del Consejo, que es semestral, por lo que estará representada ahora por Costa y después por las dos presidencias entrantes, es decir, Eslovenia y Francia. Las cuatro presidencias siguientes serán observadoras: República Checa, Suecia, España y Bélgica.
Aunque en cierto modo se parece a la convención de Giscard d’Estaing de hace 20 años, esta conferencia no podrá reformar los tratados. Se limita a «abrir un nuevo espacio para el debate» y «abordar los desafíos y prioridades de Europa». La génesis de la conferencia se remonta a mayo de 2019 cuando la UE prometió una consulta pública.