Estados Unidos se enfrenta a China por el control del mundo
Esta semana el reloj dio marcha atrás en Estados Unidos. No solo por el cambio horario de la primavera o el cambio de guardia que supone el nuevo Gobierno en Washington. A los 78 años Joe Biden es el presidente de mayor edad que haya llegado nunca a la Casa Blanca. Nació en plena Guerra Mundial y protagonizó la política de la Guerra Fría. Esa que China le acusa estos días de replicar en Asia. Biden es un clásico. Alguien predecible que tranquiliza a los aliados europeos. Una cara conocida para sus enemigos, que ya estaban en el poder cuando era vicepresidente de Barack Obama. Miró a los ojos a Vladimir Putin a solas en su despacho en 2011, el mismo año en el que rió a carcajadas con Xi-Jinping durante su visita a China. Y no, no «suplicó» un encuentro con Kim Jong-un, como dijo Donald Trump, pero sí le abrió canales de diálogo que el malcriado dictador despreció tanto como ahora, cuando ha dejado sin respuesta las comunicaciones que le ha enviado el Departamento de Estado.
Vieja política de alianzas
Con el envío de su secretario de Estado, Anthony Blinken, y el jefe del Pentágono, Lloyd Austin, a Asia, el nuevo presidente retoma la vieja política de reconstruir las alianzas diplomáticas para reforzar la influencia de EE UU en la región, sin dejar de armar a sus satélites para que estos defiendan la plaza. El mundo, sin embargo, ha cambiado.
Mientras los gobiernos estadounidenses centraban su política en combatir las amenazas de Oriente Próximo, Rusia agitaba la desinformación y China se convertía en una potencia mundial que le desafía en múltiples frentes.
Es, como reconoció el secretario de estado estadounidense, «una relación muy compleja», a veces colaborativa y «cada vez más adversaria». Biden cree que la fuerza de EE UU reside en la fuerza de su democracia y en sus alianzas por el mundo, pero China cree que tiene que cambiar «la visión de su propia democracia» porque después de todo «hay mucha gente en EE UU que confía poco en la democracia de EE UU», lanzó Yang Jiechi, jefe de Asuntos Exteriores del Partido Comunista Chino el jueves, durante el primer encuentro bilateral entre ambos.