Xi Jinping: «El renacimiento de China es histórico e irreversible»
Xi Jinping ayer, durante su discurso en Tiannanmen. JEROME FAVRE
La Plaza de Tiananmen, tristemente recordada por haber sido en 1989 el escenario de una matanza que segó más de 10.000 vidas en Pekín, se transformó ayer en el lugar elegido por el Partido Comunista Chino (PCC) para glorificar sus cien años de historia. Decenas de miles de espectadores cuidadosamente elegidos y congregados en la inmensa explanada de 440.000 metros cuadrados fueron testigos de un fastuoso espectáculo de exaltación patriótica en el que el presidente, Xi Jinping, se convirtió en el encargado de hacer saber al mundo que «el gran renacimiento de la nación ha entrado en un proceso histórico irreversible».
El hombre que dirige con puño de hierro los destinos del gigante asiático desde el 2013, recuperó con ocasión del centenario del partido único el legado de Mao Zedong. Colocado en la tribuna junto a un enorme retrato del exdirigente y vestido como él con la indumentaria revolucionaria china, Xi pronunció un discurso de más de una hora cargado de alabanzas por el progreso experimentado en el país. «Hemos pasado de ser una colonia humillada a una gran potencia. La era en que China era acosada ha terminado para siempre», sentenció, fuertemente ovacionado. «El pueblo chino no permitirá nunca que fuerzas extranjeras le subyuguen y le opriman. Quien lo haga será golpeado por una Gran Muralla de acero edificada por 1.400 millones de chinos».
«El renacimiento de China es histórico e irreversible», sostuvo el gran líder.