Inundaciones
Destrucción y muerte en Alemania
El país intenta superar la conmoción por los 120 muertos y decenas de desaparecidos en las lluvias torrenciales que asolan también Bélgica, con muertos, y Países Bajos, con evacuaciones
Las inundaciones provocadas por lluvias torrenciales en el oeste de Alemania han dejado destrucción, más de cien muertos y numerosos ciudadanos que han perdido todo en medio de una tragedia totalmente inesperada que aún continúa.
El primer ministro de Renania del Norte-Westfalia (NRW), Armin Laschet, contó dos historias al ser interrogado sobre los episodios que más le habían impresionado durante sus visitas a los lugares afectados por las inundaciones en ese populoso Land.
La primera era la de un bombero que había sido arrastrado por las aguas y había muerto ahogado inmediatamente después de salvarle la vida a otra persona. La segunda, la de una mujer que lo llevó a la casa de su madre, que vivía sola, y que había quedado completamente desolada.
«La madre vivía sola, el padre había muerto hacía un tiempo. En esa casa no quedó nada, absolutamente nada. A esa mujer no le quedó ni un solo recuerdo de lo que había sido su vida, el agua se lo había llevado todo», contó Laschet.
«Es una historia pero debe haber muchas similares en estos momentos», aventuró.
Rescates en Alemania
Hay lugares que están aislados por completo y a los que sólo se puede llegar en helicóptero
Hay gente en muchas partes que con las inundaciones ha perdido todo lo que tenía. Numerosos edificios no han soportado la presión de las aguas y se han derrumbado.
Hay lugares que están aislados casi por completo y a los que solo se puede llegar en helicóptero para realizar trabajos de rescate. El ministro de Interior de NRW, Herbert Reul, informó de un hospital en el que sus 500 pacientes habían tenido que ser evacuados con helicópteros.
Las fotos que llegan de la región muestran casas, calles, coches y puentes completamente destruidos. En algunos lugares, como en Treveris (cerca de la frontera con Luxemburgo) aunque ha descendido el nivel de las aguas las autoridades han pedido a la gente que no vuelva todavía a sus viviendas si no es estrictamente necesario porque lo primero es asegurarse de que las casas son estables y de que no hay peligros de derrumbe.
Los problemas con el suministro de electricidad han provocado, en cadena, que en algunas zonas existan dificultades con la red de telefonía móvil, por lo que muchas personas no han podido contactar a familiares y amigos, lo que ha llevado a que se dispare el número de personas reportadas como desaparecidas.
«El dolor no cesa», resumió la primera ministra de Renania-Palatinado durante una visita a Treveris.
Crisis en Bélgica
La ciudad de Verviers es una de las que se ha llevado la peor parte en este cómputo luctuoso
Y es que se teme que el número de muertos en Alemania siga subiendo en las próximas horas y que a medida que se sequen los lugares afectados se encuentre a personas ahogadas.
«Ante ello lo único que queda es llorar, es horrible», dijo Dreyer.
El desastre tiene dimensiones históricas. Las precipitaciones de lluvia han alcanzado niveles récord en muchos lugares. El máximo fue el de los 182,4 litros por metro cuadrado que cayeron cerca de la ciudad de Euskirchen.
Los servicios de rescate de Alemania se esfuerzan de momento por evacuar a la gente de los lugares en peligro y las autoridades han pedido a la población que se abstenga de hacer lo que se ha llamado «turismo de catástrofe».
«Entiendo que haya gente que quiera ver como ha quedado su ciudad. Pero no es el momento de ponerse a observar lo que está pasando, es el momento de ayudar», clamó el ministro del Interior de NRW, Herbert Reus.
«Incluso para mí como ministro es una situación complicada. Tengo que ir a muchos sitios para hacerme una idea de lo que está pasando pero tengo que evitar estorbar a los equipos de rescate», agregó.
Reul habló también de la situación de un puente sobre el río Wupper, que el cruza todos los días para ir al trabajo.
«El puente está todavía ahí. Pero es irreconocible, es como si hubiera habido una batalla», resumió.
Bélgica, conmovida
Al menos 23 personas han perdido la vida en el sur del país, donde continúan las tareas de rescate y siguen aislados miles de ciudadanos.
La pequeña ciudad de Verviers, a escasa media hora de Lieja, es una de las que se ha llevado la peor parte en ese cómputo luctuoso. Su alcaldesa, Muriel Targnion, hablaba de al menos quince cadáveres hallados en este pueblo.
Mientras la situación de los ríos se estabiliza, los equipos de rescate se refuerzan con la incorporación de helicópteros de Defensa que no pudieron ser movilizados el jueves por las nefastas condiciones climáticas.
Cientos de soldados se han sumado a esas labores con camiones, miles de sacos de arena para levantar diques y lanchas.
Bélgica ha recurrido al mecanismo de ayuda europeo de Protección Civil, que le permite recibir asistencia de otros socios.