Las promesas talibanas no frenan el éxodo ni las protestas
Para la mayoría de los afganos, la evacuación es una carrera de obstáculos. El último de ellos es el puesto de control talibán a las puertas del aeródromo, donde es necesaria la coordinación entre islamistas y estadounidenses para que se permita el acceso al interior de la gente con permiso para volar. Desde el domingo, al menos doce personas han muerto víctimas de disparos o aplastadas en avalanchas humanas en el acceso a un aeropuerto convertido en la única vía de salida segura del país.
En medio de esta caótica evacuación, el presidente estadounidense, Joe Biden, dio luz verde a las tropas para permanecer en Kabul más allá del 31 de agosto si fuera necesario, la fecha que se marcó como día final para cerrar estas dos décadas de guerra. Washington expresó su alarma ante las informaciones de los medios locales que denunciaban que los talibanes «están impidiendo que los afganos que desean salir del país lleguen al aeropuerto», reveló la subsecretaria de Estado, Wendy Sherman.
Mientras que las autoridades de Rusia o China no descartan un acercamiento al Emirato, los expertos coinciden en que estos talibanes no difieren demasiado de los que aterraron al mundo a finales de los noventa. El analista ruso Kirill Krivosheev considera que «no vamos a ver nada remotamente parecido al ‘gobierno inclusivo’ que prometen los talibanes, mientras que sí vamos a asistir al crecimiento del extremismo religioso y el tráfico de opio».
Igual opinión tiene el activista anti talibán Hassan Nasir, quien afirmó a este medio que «asistimos estos días a un ejercicio de propaganda».
«Ellos no han cambiado y no se puede esperar nada positivo. Están repitiendo los pasos del 96, cuando también prometieron amnistía y un gobierno integrador. Solo tratan de ganar tiempo para engañar a la gente y a la comunidad internacional».