22 afganas presas por adulterio, amnistiadas por el mes del Ramadán

Entre sollozos, un tanto incrédulas y desconfiadas, y algunas cubiertas bajo el anonimato del burka, las 22 mujeres amnistiadas con motivo del Ramadán salieron ayer de una prisión de Kabul. Allí cumplían condena por adulterio a pesar del cambio de régimen que hubo en Afganistán tras la caída de los talibanes. El rpesidente del país, hamid Karzai, había ordenado la puesta en libertad de estas mujeres. Los delitos que pesan sobre ellas son tan abstractos como un presunto crimen de «violación de códigos sociales». Por esos motivos cumplían condenas que oscilaban desde los seis meses de prisión hasta los dos años. La ONU no consiguió hacer desistir a las autoridades del grave daño a los derechos humanos que provocan juicios de este tipo por las que ha denominado «infracciones a menudo muy discutibles». Además, un portavoz de la ONU, manoel e almeida da Silva ha denunciado que estas mujeres sufrían además otros recortes a sus derechos, como no recibir visitas, falta de cuidados médicos y un nivel de higiene inhumano. Las 22, como otras muchas mujeres afganas, han tenido que pagar un supuesto adulterio conviviendo con ratas en las celdas, donde algunas han dado a luz sin ayuda.