La inestabilidad democrática de América Latina condiciona la cumbre
La delicada situación por la que atraviesan distintos países iberoamericanos influirá en los debates de los jefes de Estado y de Gobierno en la Cumbre Iberoamericana de Bávaro que comienza hoy viernes. La diplomacia habitual de estos encuentros soslaya los casos particulares para evitar enfrentamientos entre los mandatarios, pero, según fuentes diplomáticas españolas, será inevitable repasar el deterioro que sufre la democracia en países como Venezuela, Argentina y Ecuador, como casos más recientes. Sin olvidar el caso permanente del régimen de Fidel Castro en Cuba. La crisis que golpea a estos países ha encendido las señales de alerta en muchas cancillerías, sobre todo en la española, donde hay preocupación por el futuro de las inversiones. El descrédito que sufren los partidos políticos tradicionales ha provocado el aumento de líderes populistas que consiguen la confianza de sus conciudadanos pero después no logran responder en el gobierno a las expectativas despertadas ni solucionar los problemas más acuciantes en los respectivos países. Es el caso del peruano Alejandro Toledo, cuyo índice de popularidad ha descendido considerablemente en el año que lleva de mandato. La situación de enfrentamiento civil en Venezuela, donde crece la contestación al coronel Hugo Chávez, se ha cobrado la vida de más de treinta personas en las últimas semanas. En Ecuador, la segunda vuelta de las elecciones presidenciales va a encontrar como candidatos a un militar y a un empresario multimillonario. La desconfianza de la población en la clase política de varios países iberoamericanos se justifica por su incompetencia y mala gestión que impiden solucionar los problemas y se agrava por los numerosos casos de corrupción. Frente a esta opinión, los líderes iberoamericanos contraponen la imposibilidad de lograr un mayor desarrollo económico y social debido a los problemas de acceso a los mercados internacionales.