Cumbre bajo la lluvia

Los daños materiales sufridos, cuya última estimación oficial los eleva a 2.295 millones de euros, así como la reciente efervescencia electoral -con comicios municipales y al Senado- y el trámite presupuestario en el Parlamento, han despalzado la cumbre de la Alianza a un segundo lugar en el tramo final de los preparativos. Mientras tanto, un 79% de los praguenses temen los graves desórdenes callejeros que se esperan durante los próximos días. Los hay que temen un ataque terrorista, además de las manifestaciones de conocidos movimientos radicales izquierdistas como «Black Block», «Tute bianchi» y «Acción antifascista», y de grupos de ultraderecha, procedentes de antiguas repúblicas soviéticas. A pesar de estas previsiones, el 58 por ciento de los habitantes de la capital checa se muestra de acuerdo con la celebración de la cumbre en Praga. Esta cumbre, donde se pretende cerrar un acuerdo vital para la defensa europea, difícilmente podrá cerrar un acuerdo de cooperación permanente entre la OTAN y la UE que permita a la futura fuerza militar europea actuar con los medios aliados, debido a la complicada situación política en Turquía. Este país, miembro de la OTAN y candidato a la Unión Europea, tiene ahora la llave para desbloquear ese acuerdo bilateral que se busca desde 1999 y que permitiría a la naciente Política Europea de Seguridad y Defensa (PESD) de la UE recurrir para sus misiones militares a los medios logísticos y de planificación de la Alianza.