La seguridad checa detecta pocos radicales en Praga

Pocas horas antes del inicio de la cumbre de la OTAN en Praga, no se ha producido aún el esperado aluvión de activistas radicales y los manifestantes detectados por las autoridades checas se cifran tan sólo en «unos centenares». Así lo informó ayer el director de los Servicios de Inteligencia checos, Frantisek Bublan, quien sin embargo dijo no descartar que activistas incontrolados puedan «infiltrarse en el país por cruces fronterizos de segundo orden», sobre todo a través de pasos meridionales que unen a este país con la vecina Austria. El ministro del Interior, Stanislav Gross, anunció ayer martes que Praga «se dispone a extremar aún más las medidas de seguridad» para impedir cualquier acto de sabotaje o terrorismo, como los recientes perpetrados en las vías ferroviarias de la metrópolis checa. Hasta ayer, la policía fronteriza checa había negado la entrada a 234 extranjeros -entre alemanes, polacos, austríacos, ingleses y eslovacos- que constaban en su registro de personas «indeseables». El Partido Comunista de Bohemia y Moravia (KSCM), la tercera formación política del Parlamento checo, ha convocado una marcha pacífica.