Los futuros miembros acogen con júbilo la idea de unirse que repara una injusticia histórica

Los dirigentes de los siete países del Este de Europa que ayer fueron invitados a ingresar en la OTAN acogieron con júbilo y sentido de la responsabilidad una decisión que rectifica, a juicio de la mayoría, una injusticia histórica. Los líderes de Rumanía, Bulgaria, Eslovaquia, Eslovenia, Lituania, Letonia y Estonia participaron en Praga en una emotiva reunión con los miembros del Consejo Atlántico. Los siete expresaron su firme propósito de concluir las negociaciones de adhesión y convertirse en miembros plenos en 2004. «Ustedes han hecho hoy historia», declaró el presidente rumano, Ion Iliescu. La delegación búlgara, por su parte, respiró profundamente cuando el secretario general de la OTAN, George Robertson, citó el nombre de Bulgaria entre los elegidos. El presidente de Lituania, Valdas Adamkus, transmitió su profundo agradecimiento durante su comparecencia, en la que aseguró que «todos compartimos la misma visión de una Europa unida». El presidente de Estonia, Prim Kalas, también agradeció la «histórica decisión», tomada con más rapidez de lo esperado, a su juicio. La presidenta de Letonia, Vaira Vike-Freiberga, agradeció el «valor por esta decisión», que calificó de «signo de justicia internacional».