Un jurado de EE UU declara culpable a la policía que mató a un joven negro
Un jurado declaró ayer culpable de todos los cargos a la policía blanca de Brooklyn Center (EE UU) que en abril mató al joven afroamericano Daunte Wright con su pistola, supuestamente por error cuando quería inmovilizarle con su arma de electrochoque o táser.
Tras tres días y medio de deliberaciones, el jurado halló culpable a la policía Kim Potter de los dos cargos que afrontaba: homicidio involuntario en primer y segundo grado.
El primer cargo acarrea una pena máxima de 15 años de cárcel y multa de 30.000 dólares, mientras que el segundo conlleva 10 años de prisión y multa de 20.000 dólares.
En una sala en silencio, la jueza Regina Chu leyó la decisión del jurado mientras Potter escuchaba de pie y dos personas apoyaban sus manos en los hombros de la acusada, en señal de apoyo.
Potter no gesticuló y se mantuvo en calma, sólo tragando saliva con cierta dificultad en alguna ocasión y mirando a los lados, según las imágenes de las televisiones locales, que retransmitieron la vista en directo.
LA MUERTE DEL JOVEN NEGRO
Wright falleció el 11 de abril en Brooklyn Center, un suburbio de la ciudad de Mineápolis (Minesota), porque Potter, según la versión oficial, confundió su pistola reglamentaria con su arma de electrochoque durante un control de tráfico.
El vídeo del suceso, que fue hecho público por las autoridades locales y que fue reproducido durante el juicio, muestra cómo tres agentes se aproximan al vehículo de Wright y uno de ellos intenta esposarle, pero el joven se resiste.
Entonces, como se ve en la grabación, empieza un forcejeo y la agente saca su pistola y grita a modo de aviso: «¡Táser! ¡táser! ¡táser!». Después se oye un disparo y la agente exclama con sorpresa: «Le he disparado». Como mostraban las imágenes expuestas durante el juicio, el táser es más grande y aparatoso que la pistola.
Los policías aseguran que pararon el vehículo porque no tenía algunos papeles en regla, pidieron la identificación a Wright y se dieron cuenta de que tenía una orden de arresto pendiente, por lo que intentaron detenerlo.