Quedará disponible una masa de 6.000 millones de euros, el 75% de la reservas del Banco Central
La apertura del «corralito» argentino puede provocar un caos financiero
El presidente Eduardo Duhalde aseguró ayer que el levantamiento del llamado «corralito», un cerco financiero que mantenía restringido el retiro de di
La masa total de dinero que quedará disponible es de 6.000 millones de euros, es decir, el 75 por ciento del total de las reservas que la Argentina tiene en el Banco Central. Ahora todo dependerá hacia dónde vaya ese capital que está encerrado en los bancos y cajas de ahorro desde el 30 de diciembre de 2001 por orden del entonces ministro Domingo Cavallo. Si hay una huida hacia el dólar, la moneda norteamericana disparará su cotización y el Gobierno se verá obligado a contenerla emitiendo moneda lo que traerá, irremediablemente, la tan temida hiperinflación. Otro riesgo, menos peligroso para la economía interna, es la posibilidad de que gran parte de ese dinero salga del país y se radique en bancas ofshore o paraísos fiscales. El sistema bancario argentino, aunque ha dado alguna muestra de querer ponerse de nuevo en movimiento, aún genera en el inversor una tremenda desconfianza por todo lo ocurrido, y ésta es la carta más difícil que se jugó el Gobierno al liberar los fondos, suponer que los argentinos van a fiarse ahora de la banca local. El dólar o la banca en el extranjero parecen los únicos refugios confiables por eso la apuesta de Duhalde es fuerte, y el presidente tiene por delante muy pocos días para convencer a los ahorristas para que dejen sus depósitos en los bancos locales. Tendrá que apelar a argumentos muy contundentes para lograrlo, ya que el golpe que recibió el ciudadano que tenía un dinero ahorrado ha sido muy fuerte. Para agregar más presión sobre la bomba activada, la situación con el Fondo Monetario Internacional no podía estar peor, a punto que desde el propio gabinete presidencial, algunos ministros reconocieron públicamente el jueves pasado que es a Duhalde a quien no quieren prestarle dinero. Sin esta ayuda, la reactivación de la economía puede hacerse eterna para la paciencia de los inversores. Por supuesto que un gesto del organismo internacional tranquilizaría las cosas, pero esto difícilmente vaya a suceder. Ahora es tiempo de conjeturas y cada cual sacará la suya. Los economistas nacionales tienen las opiniones divididas. Los bancos están extrañados porque nadie los consultó antes de tomar la decisión de levantar el corralito. Y los ahorristas tendrán la última palabra; si deciden mayoritariamente refugiarse en el dólar, el resultado puede ser desastroso y el Gobierno ya no podrá volverse atrás. Las claves En primer lugar, la cantidad de dinero que quedará libre es el equivalente al 75 por ciento del total de las reservas monetarias de la Argentina. Segunda, los ahorradores sólo confían en el dólar para proteger su dinero y es probable que se lancen a la compra de la moneda norteamericana desestabilizando la economía interna. Tercera, el gobierno deberá emitir moneda para contener la situación y se generará una fuerte hiperinflación. En cuarto lugar, el presidente Duhalde tiene hasta el 2 de diciembre para convencer a los ahorristas que dejen su dinero en los bancos locales y en pesos.