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Sadam quiere que la ONU pruebe la falsedad de las acusaciones de Bush

Bagdad acusa a los expertos de espiar para Israel y EE.UU.

El vicepresidente iraquí, Taha Yasin Ramadán, acusó a los expertos de la ONU encargados de comprobar la inexistencia de armas de destrucción masiva en Irak de ser «espías» y p

Mujeres iraquíes caminan por el centro de Bagdad

Publicado por
Efe - BAGDAD.

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Por su parte, en un mensaje emitido por radio y televisión con motivo del fin del mes de ayuno musulmán del Ramadán, el presidente iraquí pidió a los expertos de la ONU que «demuestren, con pruebas tangibles, la falsedad de las acusaciones de EE.UU.» de que Irak tiene armas que le fueron prohibidas por Naciones Unidas tras la Guerra del Golfo Pérsico de 1991. Sadam Husein aseguró que, en cualquier caso, si se produce una guerra contra Irak, «tomaremos las medidas adecuadas en beneficio de nuestro pueblo y (...) la victoria será nuestra», al tiempo que denunció la «injusta y arrogante tiranía estadounidense». También advirtió que Irak puede «cambiar de postura» e impedir el trabajo de los expertos en armas, si la ONU «agota nuestra paciencia», en alusión a un posible largo periodo de inspecciones y al mantenimiento del embargo internacional impuesto al país hace más de doce años, cuando sus tropas invadieron Kuwait en 1990. La intervención de Sadam Husein se produce horas después de que su vicepresidente, Taha Yasin Ramadán, acusara a los inspectores de la ONU de trabajar «como espías al servicio de la CIA y el Mosad», los servicios secretos de EEUU e Israel, respectivamente. El alto funcionario iraquí añadió que los inspectores deberían acabar su trabajo «en semanas, si hacen adecuadamente su trabajo», con lo que también manifestaba su descontento con las perspectivas de que las inspecciones durarán por lo menos un año. Ramadán recordó que «en siete años y siete meses (de 1991 a 1998) que estuvieron los anteriores inspectores, no encontraron nada» que pruebe que Irak dispone de armamento de destrucción masiva, prohibido por la ONU al país tras la Guerra del Golfo Pérsico, en la que las tropas iraquíes fueron expulsadas de Kuwait. Los inspectores de la ONU negaron ayer las acusaciones de Ramadán y afirmaron que «no hay sitio para espías en nuestros equipos», al tiempo que aseguraban, que, si se descubre que alguno hace labor de espionaje, «será despedido». Los inspectores han interrumpido su trabajo por la fiesta del fin del mes sagrado.

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