Explosión solidaria en Navidad

Los argentinos vivirán este año una de las Navidades más austeras de los últimos tiempos, en la que el único signo de esperanza es la solidaridad que se manifiesta hacia los sectores más empobrecidos de la población. Mientras que el año pasado las fiestas de fin de año estuvieron eclipsadas por los trágicos sucesos de finales de diciembre, en este 2002 los argentinos deberán afrontar el desafío de resolver con qué recursos llevar a la mesa familiar un pan dulce o una sidra para celebrar estas fiestas. El 53,8 por ciento de los 36 millones de ciudadanos es pobre y el 26 por ciento vive en condiciones de indigencia, lo que significa que no alcanzan a cubrir sus necesidades básicas de alimentación. En La Matanza, uno de los partidos del conurbano bonaerense más castigados por la miseria, los integrantes del Movimiento de Trabajadores Desocupados (MTD) pasarán la Nochebuena juntos, en la sede de la cooperativa que formaron para paliar la falta de ingresos de la mayoría. En Argentina hay una «explosión solidaria»: se calcula que la acción de unos 9 millones de adultos y unos 3 millones de jóvenes logra que cada minuto y medio alguien inicie una actividad en favor de la comunidad. El año pasado unos 150 jóvenes se sumaron a esta propuesta, pero este año esperan ser muchos más porque ya hay familias enteras y hasta ancianos que quieren salir a las calles a compartir con aquellos que están solos.