El príncipe Víctor Manuel de Saboya regresa a Italia tras su exilio

Una visita relámpago para una audiencia con el papa Juan pablo II puso fin ayer al exilio impuesto desde hace 56 años a la familia real de Saboya como castigo por la colaboración del rey Víctor Manuel III con el régimen fascista de Mussolini. El príncipe Víctor Manuel, de 65 años, llegó al aeropuerto de Ciampino, a bordo de un avión privado procedente de Ginebra, acompañado por su esposa, Marina Doria, y su hijo, Manuel Feliberto, de 30 años. Víctor Manuel acudió inmediatamente al Vaticano, donde el papa Juan Pablo II concedió a la familia real una audiencia privada de unos veinte minutos. Esta reunión con el sumo Pontífice, que tiene el rango de jefe de Estado extranjero en Italia, ha representado curiosamente la única reunión oficial con el príncipe, que pisaba por primera vez su país natal desde su exilio en 1946. Víctor Manuel no se reunió con nadie más y volvió a Ginebra nada más terminar la audiencia con el Papa. Su estancia duró unas cuatro horas. «Sed bienvenidos», declaró Juan Pablo II al príncipe, a su esposa y a su hijo, que estaban vestidos de negro para la ocasión. «De verdad, se lo agradezco mucho. Para nosotros esta audiencia es muy importante. Es casi un acontecimiento histórico», respondió el príncipe, citado por el portavoz del Vaticano, Joaquín Navarro-Valls.