El hallazgo de 800 tumbas ahonda el horror en Jersón
El horror se hace más presente en Ucrania. La guerra ha dejado desoladoras imágenes de masacres acometidas en Bucha, Kramatorsk o Irpín, entre otras ciudades, y poco a poco, según los invasores van dejando atrás los territorios que han ocupado durante la invasión, nuevas y desgarradoras escenas se suman a la crueldad vivida en el país desde el pasado 24 de febrero. Jersón es el último destino del horror, por el momento.
El Ejército ucraniano denunció ayer la aparición de más de 800 nuevas tumbas en esta localidad del sur del país, ocupada por las tropas del Kremlin desde hace más de un mes. «Al menos 824 nuevas tumbas aparecieron en el cementerio de la ciudad desde el 28 de febrero hasta el 15 de abril», informaron las Fuerzas Armadas en su canal de Telegram junto a una imagen de satélite recogida por el Centro para la Sostenibilidad de Información (CIR, por sus siglas en inglés), una ONG con sede en Londres. El lugar del entierro está en las afueras de la ciudad, al este del aeropuerto.
El CIR ha monitoreado varias tumbas y cementerios en territorios ocupados por Rusia o en zonas cercanas a sus tropas, explicó Benjamin Strick, director de investigaciones, al diario ‘The Washington Post’. «Da miedo pensar en cómo murieron [civiles] y qué más está sucediendo en estas áreas», expresó el jefe del proyecto, que también ha realizado otros hallazgos en las últimas semanas, como el descubrimiento de una serie de fosas comunes en un bosque cerca de Chernígov.
Jersón fue rápidamente capturado por el Ejército del Kremlin durante la primera semana de la guerra. Al albergar un puerto en el río Dniéper cerca de mar Negro, es un enclave estratégico. Desde entonces muchos de sus 280.000 habitantes huyeron de la ciudad. No obstante, los soldados rusos se han tenido que enfrentar a resistencia y protestas por parte de los civiles y, según el Departamento de Defensa de Estados Unidos, parecían haber perdido el control de la urbe a finales del mes pasado. Aun así, un centenar de asentamientos continúan sin electricidad y la ciudadanía atraviesa problemas críticos de suministro de alimentos y otros bienes de primera necesidad, manifestó la Defensora del Pueblo, Liudmila Denisova.
UN RASTRO DE CADÁVESRES
La retirada de las tropas rusas de la región de Kiev deja tras de sí un rastro de cadáveres que va a más a medidad que pasan los días y avanzan las investigaciones. Las autoridades ucranianas confirmaron ayer que ya han identificado a 900 civiles muertos durante la ocupación de la zona. Al menos 350 han aparecido en la localidad de Bucha, según destalló el jefe de la Policía ucraniana en esta región, Andriy Nebytov.
Las primeras inspecciones de los fallecidos confirman que «en su mayoría fueron simplemente ejecutados». Presentan disparos de armas cortas o impactos de bala del tipo de fusil utilizado por francotiradores.