El hallazgo de otros 200 cadáveres vuelve a retratar el horror vivido en Mariúpol
La sombra de la invasión rusa en Ucrania arroja nuevas estampas de la crudeza y el horror que se vive en la guerra. A la larga lista de muerte, destrucción y sufrimiento se le suma otro episodio negro. Más fosas comunes. Hace menos de un mes el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, anunciaba la friolera de 900 civiles muertos encontrados en este tipo de enterramientos repartidos por la región de Kiev. Y aunque temía que aparecieran más, sabía que era probable y la realidad se ha impuesto con un nuevo descubrimiento.
Las autoridades de Mariúpol hallaron ayer 200 cadáveres en «avanzado estado de descomposición» en el interior de un refugio situado en el sótano de un edificio de varias plantas destruido por los ataques del Kremlin. «Los cuerpos de los muertos permanecieron en el lugar, debido a los escombros parcialmente desmantelados. El hedor se escucha en casi todo el barrio», explicó en su cuenta de Telegram el portavoz municipal de la ciudad portuaria, quien subrayó que se han establecido morgues improvisadas. El horror persigue a esta localidad mártir, sumida en enfrentamientos continuos prácticamente desde el comienzo de la invasión. Por si fuera poco, Moscú ha instado a los ciudadanos a que, a cambio de facilitar el entierro de las víctimas, se deben grabar culpando de lo ocurrido a las tropas de Kiev, afirmó el funcionario del Ayuntamiento. En ese sentido, destacó que para llevar a cabo un «nuevo entierro gratuito oficial, es necesario esperar en la fila, llevar el cuerpo del difunto a la morgue, alegando que el cadáver acaba de ser encontrado, o aceptar grabar un vídeo donde el solicitante dice que fue asesinado por el Ejército ucraniano».
«Un cementerio continuo»
La situación hace retroceder a la ciudadanía, que solo quiere que los rusos salgan de su país, vivir en paz y poder despedirse de sus seres queridos caídos durante la guerra. «Debido a tales condiciones, una gran cantidad de cadáveres fueron empacados en una morgue improvisada cerca del metro, en la calle. La ciudad se ha convertido en un cementerio continuo», lamentó Andriushchenko en un comunicado. El aumento de las temperaturas hace temer riesgos de carácter sanitario, dado el gran número de cadáveres. que siguen a la intemperie.