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Ucrania resiste

El país celebra su día de la independencia entre la tensión de seis meses de guerra Rusia se atasca en Ucrania, que planta cara en el frente de batalla Moscú confía en que el estrangulamiento energético de Europa traerá la paz a Ucrania este invierno

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Publicado por
León

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Ucrania conmemoró ayer su Día de la Independencia en un ambiente tenso, ante el temor a nuevos ataques rusos tras las recientes operaciones en la anexionada península de Crimea y seis meses después del inicio de la invasión rusa.

Tal como había pedido su presidente, Volodímir Zelenski, no hubo grandes celebraciones masivas. Existía el temor a que Rusia estuviera preparando algo «especialmente cruel» para conmemorar el 31 día de la Independencia de la antigua república soviética.

A primera hora de la mañana, Zelenski dirigió un saludo a la nación y aseguró que Ucrania no iniciaría negociaciones por miedo. «¿Cuál es el final de la guerra para nosotros? Antes decíamos: paz. Ahora decimos: victoria. No buscaremos un acuerdo con los terroristas», afirmó el líder ucraniano. Añadió que su pueblo había «inspirado al mundo entero» con su valor y dado a la humanidad «una nueva esperanza de que la justicia no ha abandonado nuestro cínico mundo para siempre».

Zelenski se dirigió asimismo de forma virtual al Consejo de Seguridad de la ONU, después de que Moscú no obtuviera el apoyo necesario para evitar su participación. Refiriéndose a la situación de la central nuclear de Zaporiyia, el líder ucraniano pidió de nuevo al Organismo Internacional para la Energía Atómica (OIEA) que tome «su control permanente» e insistió en que «Rusia debe dejar incondicionalmente el chantaje nuclear y retirarse completamente de la central».

«El futuro del mundo se decide en Ucrania», afirmó Zelenski, para advertir de que si Rusia gana el conflicto, arrastrará a la guerra a otros países. «Nuestra independencia es su seguridad, la seguridad de todo el mundo», subrayó Zelenski.

El presidente ucraniano recibió al primer ministro británico, Boris Johnson, de nuevo en Kiev en un viaje sorpresa. Era su tercera visita al país desde el inicio de la invasión rusa, destinada a mostrar el apoyo de su Gobierno a los ucranianos. Johnson es un héroe en Ucrania.

El aún primer ministro británico anunció la entrega a Ucrania de un paquete adicional de 2.000 drones y misiles de seguimiento, valorados en 64 millones de euros. «Ucrania puede y ganará esta guerra», afirmó Johnson, en un mensaje enviado a través de su cuenta en Twitter.

El General Invierno fue el artífice de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania de Adolf Hitler durante la Segunda Guerra Mundial. Las tropas de la Wehrmacht quedaron varadas en la nieve y el barro a las puertas de las principales ciudades rusas hasta verse finalmente obligadas a retroceder. Vladímir Putin, que venera aquellos tiempos, confía también en que en la contienda de Ucrania será el frío el que inclinará la balanza a su favor.

Cada vez está más convencido de que no serán misiles, tanques o soldados de infantería los que finalmente determinen la victoria del Kremlin. La ‘operación especial’ en suelo ucraniano no cumple el guión escrito por sus estrategas militares y parece más que evidente que la conflagración se encamina a un enquistamiento que podría llevar a situaciones ya vividas en el pasado por las tropas de Moscú en la ocupación de Afganistán o en conflictos internos como los de Nagorno Karabaj, Osetia del Sur o el Cáucaso norte.

El presidente ruso ha girado su mirada hacia otros campos de batalla, sobre todo al energético. Los fríos inviernos de la zona septentrional de Europa pueden convertirse en la mejor arma lejos de Ucrania. Putin apuesta, según desvelan algunas fuentes cercanas a él, porque los precios vertiginosos de la energía, su posible escasez y la crisis económica que cabalga a lomos del gas y la electricidad persuadan a la UE a forzar que Volodímir Zelenski se avenga a firmar una tregua.

«Claudicará antes Occidente que Rusia porque las dictaduras tienen una fortaleza y una falta de consideración con sus ciudadanos que les permite mantenerse firmes en sus posiciones. Llegará un momento en que desde Europa se diga a Kiev ‘hasta aquí hemos llegado. Es momento de ceder algo porque la economía mundial no puede permitirse seguir en guerra’, estiman, fuentes de Bruselas.

Es el único camino para la paz que ve el Gobierno de Moscú, convencido ya de que Zelenski no negociará por voluntad propia hasta que Rusia abandone todo el territorio ocupado. Respaldado por miles de millones en ayuda militar, entrenamiento e inteligencia compartida de Estados Unidos y otros países occidentales, y con una serie de operaciones militares contra objetivos rusos que han levantado la moral de sus tropas, Kiev estima incluso que tiene la oportunidad de cambiar los hechos sobre el terreno. «Para que las negociaciones sean posibles, es necesario cambiar el statu quo en el frente. Es preciso que ellos sufran importantes derrotas tácticas», consideró a Reuters Mykhailo Podolyak, asesor presidencial.

El balance bélico apunta hacia un fracaso de Moscú. Las fuerzas ucranianas frustraron los intentos rusos de capturar la capital y la segunda ciudad, Járkov; han destruido e interrumpido regularmente las líneas de suministro rusas y hundido el ‘Moskvá’, el buque insignia de la Flota del Mar Negro de Rusia, además de infligir daños importantes en una base aérea en la Crimea anexada. Por contra, Moscú ni siquiera acaba de controlar la zona del Dombás, inicialmente considerada tierra conquistada porque la mayoría de la población era prorrusa por sus raíces.

Sin embargo, el Kremlin cree que el calendario juega a su favor. «Tenemos tiempo, podemos esperar», señalan desde Moscú a la agencia británica Reuters. Convencido de que la unidad comunitaria comienza a resquebrajarse, Putin pronostica un invierno difícil para los europeos. «Estamos cerca de ver protestas y disturbios. Algunos líderes podrían pensar dos veces antes de continuar apoyando a Ucrania y pensar que es hora de un acuerdo», estiman en Moscú.

El enfrentamiento geopolítico ha llevado los precios de la energía a niveles récord y la Unión Europea lo paga en primera fila pese a que ha tratado de buscar suministros alternativos e impulsando medidas de ahorro de energía. Pocos especialistas creen que este invierno se puedan cubrir todas sus necesidades.