Diario de León

Liz Truss no cargará impuestos especiales al sector energético

La nueva ‘premier’ británica se estrena en el Parlamento para avanzar las medidas anticrisis

Truss ayer, en su intervención como primera ministra. JESSICA TAYLOR

Truss ayer, en su intervención como primera ministra. JESSICA TAYLOR

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La primera ministra británica, Liz Truss, presentará hoy su plan para amortiguar el aumento alarmante de los precios de la energía, pero ayer adelantó en el Parlamento que no lo costeará con impuestos especiales a las empresas energéticas. Para implementar sus planes, Truss ha formado un Gabinete de diputados leales, que apoyaron su candidatura.

El líder de la oposición laborista, Keir Starmer, preguntó a su nueva rival si el déficit provocado por la prevista congelación de precios —que significará un pago anual de 3.000 euros para hogares de consumo medio, según la prensa local— correrá a cargo de los contribuyentes o si tasará el aumento de beneficios de las energéticas, cifrado por el Tesoro británico en 196.000 millones en los próximos dos años.

El primer rifirrafe entre Truss y Starmer estuvo cargado de ideología. La primera ministra confirmó su creencia en que la reducción de impuestos es esencial para generar inversión y reprochó al laborista que «no entiende la aspiración». El distanciamiento de la nueva líder de la política más ecléctica de su predecesor, Boris Johnson, y de su rival y exministro de Hacienda, Rishi Sunak, es su rasgo distintivo.

El abogado Starmer contraatacó reprochándole su fe en la economía de ‘trickle down’ (reducir impuestos a las empresas para estimular la inversión), asociada a Ronald Reagan y a Margaret Thatcher, fundamentada en la idea de que el aumento de riqueza de los ricos crea un goteo beneficioso de rentas a los pobres, y mejor que las transferencias del Estado. El laborista reprochó a Truss que anule las subidas de impuestos de Sunak, y señaló al sector privatizado del suministro de agua como uno de los beneficiados.

Las encuestas dicen que los laboristas aventajan a los conservadores y que la mayoría de los votantes ‘tories’ es partidaria de la nacionalización de las eléctricas y el suministro de agua. Pero la tendencia podría cambiar si Truss es capaz de mitigar hoy la alarma social ante el invierno.

Su nuevo ministro de Hacienda, Kwasi Kwarteng, es también ideológico. Extraordinario estudiante de lenguas clásicas en Eton, becario en Harvard y doctor por Cambridge, es vecino de Truss en Londres y han colaborado juntos en la publicación de textos de la corriente libertaria del conservadurismo.

Kwarteng; el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, James Cleverly; y la responsable de Interior, Suella Braverman, votaron, a diferencia de Truss, en favor del Brexit en el referéndum de 2016. Pero han sido celebrados por ser los responsables con pieles oscuras de los tres grandes ministerios de la gobernación británica. Al menos uno de esos ministerios había sido siempre ocupado por un hombre blanco.

En todo caso, la mayoría de los británicos ve esa novedad como la normalización de procesos de integración de inmigrantes. Estadísticas de la Unión Europea mostraban, antes del ‘brexit’, que la integración de inmigrantes en el Reino Unido era más alta que en los países de la Unión. «¿Por qué cree que las tres mujeres primeras ministras han sido conservadoras?», le preguntó también Theresa May a Liz Truss desde su escaño.

Truss agradeció la pregunta y prometió consultar a May, cuya relación con Boris Johnson es de aroma criminal. Sólo Truss sobrevive en el Gabinete desde el presidido por Cameron en 2016. Johnson purgó a los partidarios de la UE y Truss ha purgado a los que apoyaron a Rishi Sunak.

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