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León

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Londres tiene listos los preparativos para dar hoy el último adiós a la reina Isabel II en un funeral de Estado que se prevé como uno de los eventos más multitudinarios que ha vivido este país en las últimas décadas.

Con numerosas calles cortadas al público en el centro de la capital británica y una visible presencia policial en casi cualquier esquina, Londres se prepara para la histórica ceremonia en la Abadía de Westminster.

En la víspera de las exequias, todavía ayer riadas de ciudadanos venidos de diferentes puntos del país aguardaban pacientemente su turno para presentar sus respetos ante el féretro de la reina, todo envuelto en un ambiente de respeto.

Desde que el pasado miércoles se abrió al público la capilla ardiente en el interior de la abadía, centenares de miles de personas han aguardado horas o han hecho noche a la intemperie para rendir tributo, bien con una inclinación de cabeza o santiguándose ante el catafalco. El palacio de Buckingham permitió a los ciudadanos acercarse al féretro hasta las 5.30 de esta madrugada.

Ayer, el Big Ben —la campana más grande de la llamada Elizabeth Tower del Parlamento de Westminster— repicó a a las siete de la tarde para marcar el inicio de lo que se ha denominado como Momento Nacional de Reflexión, que comenzó con un minuto de silencio. El Big Ben volvió a sonar a las 7 y un minuto de la tarde para marcar su final. Fue una convocatoria para que todo el país enmudeciera al mismo tiempo para recordar a la reina. Desde palacio se animó a los ciudadanos a conmemorar la ocasión de manera privada en los hogares, en la calle, con eventos comunitarios o vigilias.

El Big Ben sonará de nuevo hoy, con intervalos de un minuto, mientras la procesión del cortejo fúnebre parta para el funeral.

A las 8.00 hora española se abrirán las puertas de la abadía para permitir la entrada de los asistentes al servicio, que comenzará tres horas después. Mandatarios como el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y representantes de monarquías de todo el mundo, como los reyes de España, Felipe VI y Letizia, estarán presentes en la ceremonia, que comenzará a las 11.00 ante unos 2.000 invitados.

El deán de Westminster, David Hoyle, oficiará el funeral, mientras que el arzobispo de Canterbury , Justin Welby, dará un sermón y la primera ministra británica, Liz Truss, leerá un texto religioso.

A las 11.55 una llamada de corneta marcará el comienzo de dos minutos de silencio que se respetarán en todo el país. El himno nacional y una pieza de lamento interpretada por el gaitero oficial de la Isabel II pondrán fin al servicio fúnebre al mediodía.

A las 13.00 (12.00 GMT), en el arco de Wellington, los restos de la soberana serán transferidos a un coche fúnebre para hacer su último viaje hacia el castillo de Windsor, donde será enterrada en la capilla de San Jorge.

Unas 125 salas de cine emitirán el evento así como los canales de televisión Sky News, ITV y la BBC para las personas que sigan el funeral desde sus casas.

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