La huida de los jóvenes rusos para no ir a la guerra pone en alerta al Kremlin
El jefe de la oficina de reclutamiento de la ciudad de Ust-Ilimsk fue herido ayer de un disparo
El malestar social ante la caótica movilización parcial y las crecientes protestas en Rusia obligaron al Kremlin a admitir errores y a plantearse el cierre de sus fronteras para impedir la huida masiva de hombres en edad militar. Mientras, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó al Kremlin de «exterminar» a grupos étnicos en el Cáucaso Norte y la anexionada Crimea, al enviarlos al campo de batalla.
Tras las manifestaciones del miércoles y el fin de semana, Rusia continuaba ayer expresando su descontento con intensas protestas en Majachkalá y Nálchik, capitales de las repúblicas rusas de Daguestán y Kabardino-Balkaria, que fueron reprimidas por la policía, que ha usado porras y gas lacrimógeno. Ya el domingo la policía disolvió por la fuerza una protesta en Majachkalá, y en la localidad daguestana de Endiréi disparó tiros al aire.
El llamamiento indiscriminado a las filas de personas sin experiencia militar, con problemas de salud, con familias numerosas o con edades mayores a las establecidas ha atizado la indignación popular. Tras el anuncio de la movilización parcial, cientos de miles de personas han protagonizado protestas en las que han sido detenidos más 2.300 manifestantes, según OVD-Info, una organización que hace seguimientos de arrestos en Rusia.
El rechazo ciudadano se torna violento: el jefe de la oficina de reclutamiento de la ciudad de Ust-Ilimsk, en el extremo oriente de Rusia, fue herido ayer de un disparo, según informó el gobernador de la región de Irkutsk, Igor Kóbzev.
Una decena de oficinas de alistamiento han sido atacadas en los últimos días, muchas de ellas con cócteles mólotov, y se han producido ataques contra edificios de la administración local y sedes del partido del Kremlin, Rusia Unida.
El malestar por la movilización indiscriminada es tal que representantes de la propaganda rusa como la directora del canal RT, Margarita Simonián, y el presentador Vladímir Soloviov han tomado cartas en el asunto. «Estudiaremos cada caso. Vamos a verificar todo y buscar el castigo de los saboteadores» de los comités militares que no cumplen estrictamente con los criterios de la movilización, advirtió Simonián, al señalar que la cadena ha recibido más de 700 quejas de personas erróneamente convocadas.
Alistar «sin filtro»
Soloviov, por su parte, creó un servicio para denunciar casos de movilización irregular. El jefe del Consejo de Derechos Humanos de la Presidencia rusa, Valeri Fadéyev, llamó al Ministerio de Defensa a «cumplir estrictamente las normas de la movilización y no permitir situaciones que socaven la confianza del pueblo».
El Legislativo ruso también reaccionó: la presidenta del Senado, Valentina Matviyénko, llamó a evitar incluso «violaciones aisladas» de los requisitos establecidos. El presidente de la Duma rusa, Viacheslav Volodin, criticó la actitud de algunos funcionarios que alistan sin filtro a ciudadanos incluso si nunca han llevado armas o están enfermos, «porque la capacidad combativa de nuestras Fuerzas Armadas (...) depende de su efectividad». El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, reconoció el caos y señaló que las autoridades locales trabajan para subsanar «los errores». El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, acusó en su discurso nocturno a Rusia directamente de genocida.