Putin teme que los misiles Patriot cambien el signo de la contienda
El presidente ruso advierte de una escalada de consecuencias inimaginables con la Otan
Rusia teme que los sistemas Patriot que Estados Unidos va a suministrar a Ucrania cambien el signo de la contienda. El presidente ruso, Vladimir Putin, advirtió de una escalada de consecuencias inimaginables con la Otan, a la que acusa de estar cada vez más implicada en el conflicto.
«Lo tendremos en cuenta y encontraremos un antídoto», aseguró este jueves el presidente ruso, Vladímir Putin, durante una comparecencia de prensa en el Kremlin.
La exitosa visita a EE UU del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, cogió con el pie cambiado a Rusia, que sólo pudo responder con el viaje a China del subjefe del Consejo de Seguridad de Rusia, Dmitri Medvédev. Ambos países ya habían elegido bandos hace mucho tiempo, pero, a diferencia de EEUU, a lo máximo que ha llegado China es a celebrar maniobras conjuntas con Rusia y a pedir «moderación» y «diálogo» tanto a Moscú como a Kiev.
«Las acciones provocadoras de EEUU conducen inevitablemente a una escalada de consecuencias difíciles de imaginar. Así, suscitan profunda preocupación los debates sobre el hipotético suministro a los ucranianos de misiles Atacams y drones de gran radio de acción», advirtió ayer Anatoli Antónov, embajador ruso en Washington y antiguo viceministro de Defensa (2011-16).
En Rusia inquietaron sobremanera las declaraciones del secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, de que los Patriot son capaces «de derribar misiles de crucero», además de «misiles balísticos de corto alcance y aeronaves a una mayor altitud» que los sistemas antiaéreos suministrados con anterioridad.
Es decir, los Patriot pueden derribar los misiles rusos Iskander, de emplazamiento terrestre, y los Kalibr, lanzados en los últimos meses desde los mares Negro y Caspio para destruir la infraestructura civil ucraniana.
Igual que ocurriera con las lanzaderas múltiples Himars, que permitieron a Kiev retomar la iniciativa en verano al martillear la retaguardia enemiga, los Patriot pueden abortar los planes del Kremlin para 2023.
Putin aseguró ayer que los Patriot son sistemas «bastante antiguos» y no funcionan «tan bien» como los rusos S-300. «Los crujiremos. Los que lo hacen, lo hacen en vano. Simplemente alargan el conflicto. Eso es todo», aseveró.
Algunos expertos han apuntado que los Patriot pueden defender una pequeña localidad, una zona residencial o una base militar, pero nunca una gran ciudad como Kiev, además de que cada misil tiene un precio de unos 4 millones de dólares.
Mientras, durante una reunión con agregados militares extranjeros, el jefe del Estado Mayor del Ejército ruso, Valeri Guerásimov, acusó a Occidente de intentar «dilatar» el conflicto al suministrar armamento a Kiev por valor de «casi 100.000 millones de dólares».
El general ruso acusó a la Otan de entregar a Ucrania unos 350 tanques, 1.800 blindados, 700 piezas de artillería, cuatro aviones, 30 helicópteros, 5.300 lanzagranadas y no menos de 5.000 drones. De hecho, Blinken precisó que la asistencia prometida a Zelenski por el presidente de EE UU, Joe Biden, incluye otros 1.000 millones de dólares en defensa antiaérea y armas de precisión. En total, con la llegada de los Patriot, EEUU habrá asistido a Ucrania con unos 21.900 millones de dólares desde febrero pasado y subrayó que lo seguirá haciendo «el tiempo que sea necesario».
Rusia respondió la víspera con una tímida reforma de las Fuerzas Armadas, que la prensa independiente rusa interpretó como un reconocimiento de los errores de planificación del Kremlin en Ucrania.
Mientras, el presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, expresó ayer su agradecimiento a Polonia en un encuentro con su homólogo polaco, Andrzej Duda, en una parada en Varsovia de regreso de su viaje a Estados Unidos. La Unión Europea también ha invitado al líder ucraniano a una cumbre que se celebrará el 3 de febrero.