Bombas nucleares secretas: EE UU despliega 180 ojivas en Europa
Bajo los hangares están los F-35A, los F-16 y los F-18 Tornado, tres modelos de avión de combate altamente cualificados por los que los países aliados sienten predilección. Y todavía más abajo, rigurosamente protegida en un silo de hormigón plagado de sensores anti-intrusión, descansa la B-61, la principal bomba atómica del catálogo nuclear de Estados Unidos. Al menos 180 de esas ojivas están repartidas según este esquema en media docena de bases militares de la Otan en Europa. Otras fuentes estiman que su número real asciende a 350. Es lo que el periodista Eben Harrell denomina en Times Magazine’ las «bombas nucleares secretas», ya que ninguno de los gobiernos que las albergan reconocen explícitamente su existencia. Dos bases aéreas italianas y otras cuatro en Alemania, Bélgica, Países Bajos y Turquía serán las receptoras de este arsenal. Lo son ya, si las previsiones se cumplen. Washington había fijado la renovación para la próxima primavera, pero, según informaciones del portal ‘Público , la guerra de Ucrania y la escalada de la tensión nuclear entre las superpotencias parecen haber trastocado el calendario. La Casa Blanca quiere tener antes de final de este año sus primeras B61-12 en territorio de la Otan continental, a todas luces como un nuevo factor de disuasión ante Moscú. Polonia se ha ofrecido a acoger ojivas para reforzar su perfil militar ante Rusia, pero resulta prácticamente imposible que el Gobierno de EE UU acceda. Aparte del arsenal depositado en Turquía, cuya envergadura se desconoce, setenta bombas atómicas estadounidenses estarían almacenadas ahora mismo en las bases italianas de Aviano y Ghedi. Otras veinte se guardan en el cuartel de la fuerza aérea de la Otan en Buchel y unas cuarenta se reparten entre Holanda y Bélgica.