La Fiscalía de Brasil estrecha el cerco sobre la implicación de Bolsonaro
Casi una semana después del asalto al Congreso, al palacio presidencial y al Tribunal Supremo brasileño llevado a cabo por cientos de partidarios de Jair Bolsonaro, la Fiscalía estrecha el cerco sobre el que consideran el principal «instigador» del golpe. Al igual que ocurrió en 2021 tras la insurrección contra el Capitolio de Estados Unidos, Donald Trump fue acusado de incitar a las masas. Bolsonaro, que negó su responsabilidad en los actos del pasado domingo, se enfrenta a los mismos cargos. «Hay pruebas más que suficientes para considerar los hechos como un intento de golpe de Estado», aseguró el ministro de Relaciones Institucionales de Brasil, quien señaló al líder ultraderechista como culpable. El círculo más cercano a Bolsonaro, a quien los tribunales pidieron bloquear sus bienes como primera medida por su posible papel en el ataque a la democracia brasileña, también está en el punto de mira. La Fiscalía solicitó ayer al Tribunal Supremo Federal que investigue a tres diputados bolsonaristas por «incitar a actos antidemocráticos». En ese sentido, citaron a André Fernandes y a Silvia Waiapi —del Partido Liberal, la formación del exmandatario—, así como a Clarissa Tércio. De hecho, dos días antes del asalto, Fernandes publicó un vídeo en su perfil de Twitter en el que anunciaba que el «primer acto contra el Gobierno de Lula» ocurriría ese mismo fin de semana. Waiapi, cercana a Bolsonaro, animó los actos de insurrección a través de publicaciones en Instagram. En ellos, incitaba a la gente a «tomar la Explanada de los Ministerios. ¡Toma del poder por el pueblo brasileño descontento con el Gobierno rojo!».