Sigue la protesta del pueblo alemán condenado al derribo por una mina de carbón
Piedras y fuegos de artificio por un lado, porrazos, aerosoles con gas pimienta y camiones con cañones de agua por otro. La manifestación ecologista convocada para protestar contra la prórroga para la explotación del carbón en Alemania degeneró en enfrentamientos directos entre agentes antidisturbios y activistas medioambientales. La policía alemana tuvo que esforzarse este sábado para controlar a los más de 10.000 manifestantes que trataron de alcanzar la pequeña localidad de Lützerath en el estado federado de Renania del Norte-Westfalia, condenada al derribo para permitir la ampliación de la mina de carbón a cielo abierto de Garzweiler. Los agentes impidieron que los participantes en la protesta se acercaran a la valla provisional levantada para aislar los pocos edificios del pueblo que quedan en pie y cuyo desalojo y derribo comenzó el pasado miércoles.
Mientras, los últimos activistas que luchan contra la destrucción de la localidad que hace un año contaba con 19 habitantes resistían en la emblemática población, dos de ellos sumergidos a cuatro metros de profundidad bajo tierra en una galería excavada por ellos mismos en las entrañas de Lützerath y un puñado más en lo alto de casetas construidas sobre árboles. Los dos activistas que excavaron la galería llevan ya varias jornadas sin ver la luz, están en contacto permanente con las autoridades tras recibir un radiotransmisor y su túnel cuenta con suministro de oxígeno que bombean especialistas del voluntario servicio técnico de emergencias THW. Expertos de este servicio y bomberos están listos para su rescate llegado el caso. Todos los edificios del pueblo han sido desalojados y su derribo ha comenzado.
«Lützerath sigue ahí y mientras el carbón se encuentre en la tierra esta lucha no ha terminado», afirmó la activista sueca Greta Thunberg en el acto central de la protesta ante miles de participantes en la misma. «35.000 personas nos hemos reunido aquí», aseguró la internacionalmente conocida joven de 20 años en referencia a los asistentes a la manifestación, cifra que las autoridades redujeron a algo más de 10.000 personas. «Sois el cambio, sois la esperanza. Lo que sucede en Lützerath no solo afecta a Lützerath», señaló Thunberg, para la que la pequeña población es todo un símbolo en la lucha global contra el cambio climático.