Zelenski destituye a su ministro de Defensa y remodela el Gobierno
Los cambios, obligados por la intensificación de la ofensiva rusa y los casos de corrupción
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, creía que, tras los recientes casos de corrupción detectados y ante el recrudecimiento previsto de la ofensiva rusa, tendría que acometer una remodelación dentro del área de Seguridad del Gobierno. Tuvo lugar ayer y afectó en primer lugar al ministro de Defensa, Oleksii Réznikov, de cuya destitución se venía hablando después de los ceses el mes pasado de varios de sus colaboradores.
El encargado de adelantar la noticia fue el jefe de la fracción parlamentaria de la formación de Zelenski Servidor del Pueblo, David Arajamía, quien el domingo señaló que la guerra dicta la política de cuadros —dentro del Gobierno—, el tiempo y las circunstancias exigen fortalecimiento y reagrupamiento. Esto está pasando ahora y pasará en el futuro». Según sus palabras, «Réznikov será transferido al Ministerio de Industrias Estratégicas para fortalecer la cooperación militar-industrial» con los países de Occidente.
«Los departamentos de poder en esta etapa no deberían estar encabezados por políticos, sino por funcionarios de carrera en el ámbito de la seguridad. El enemigo se prepara para atacar y nosotros para defendernos y recuperar lo que es nuestro».
Según el portavoz del partido presidencial y mayoritario en la Rada (Parlamento), Réznikov será sustituido por el general Kirilo Budánov, hasta ahora jefe de la Dirección Central de Inteligencia (GUR). La jefatura del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU) iría a parar a manos de Vasili Maliuk y el Ministerio de Interior tendría como nuevo titular a Ígor Klimenko. Ayer, sin embargo, Arajamía declaró a través de su canal de Telegram que la remodelación anunciada por él mismo no será inminente. «Esta semana no habrá cambios en Defensa», dijo.
Pero Réznikov, en una entrevista a Fakti ICTV, dijo que ni el presidente ni el primer ministro le habían ofrecido encabezar el Ministerio de Industrias Estratégicas, subrayando además que, «si de repente recibiera tal oferta (.) la rechazaría», porque carece de la experiencia que le permita «ser un titular de calidad de ese ministerio. Sería un error». A su juicio, no tiene «razón para avergonzarme de nada» en su etapa en el Ministerio de Defensa. El actual ministro de Industria Estratégicas es Pavlo Riabikin, que tampoco sabe nada sobre su cese.
Este nuevo estallido de crisis de produce cuando, según Zelenski, la situación en el frente es harto «difícil». Ha advertido de que «muchos informes indican que los ocupantes quieren hacer algo simbólico en febrero para tratar de vengar su derrotas del año pasado. Sentimos esa presión creciente en diferentes zonas de la línea de frente». Se refirió en particular a «combates feroces» en la región del Donbás. Ambos bandos confirman la existencia de enfrentamientos «encarnizados» en Bajmut.
El jefe de los mercenarios Wagner, Evgueni Prigozhin, cuyos batallones combaten en la zona desde hace meses, ha reconocido que el Ejército ucraniano resiste y no se retira. El Ministerio de Defensa ruso, no obstante, informó ayer de que las tropas de Moscú han logrado tomar la localidad de Nikoláyevka, en la región de Donetsk.
Kiev sabe dónde va a atacar Rusia
Ucrania afina sus proyecciones sobre la próxima ofensiva rusa y cree que los ataques se producirán en las regiones de Donetsk y Lugansk, y posiblemente en Zaporiyia, pero el liderazgo político y militar aún hace cábalas sobre la fecha: en torno al primer aniversario de la guerra o en primavera y verano.
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, abordó ayer con el Estado Mayor del Comandante en Jefe Supremo «información de inteligencia sobre posibles acciones del enemigo en un futuro próximo», según su oficina.
Lo que tienen claro tanto el ministro ucraniano de Defensa, Oleksii Réznikov, como analistas occidentales de centros como el estadounidense Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW) es que en esta ocasión, a diferencia del 24 de febrero de 2022 cuando Rusia inició las hostilidades, las tropas rusas no atacarán desde todos los flancos.
«No vemos ese riesgo», señaló Réznikov en una entrevista con el diario Ukraínska Pravda, en la que sostuvo que las agrupaciones más importantes de las Fuerzas Armadas de Rusia se encuentran «en el este y el sur».
«Los riesgos clave son: el este, el sur y luego el norte», según el ministro, aunque de momento Ucrania descarta un nuevo ataque contra la capital, Kiev, lo que no quiere decir que Ucrania no se prepare para el peor escenario.
El subjefe de la inteligencia militar (GUR), mayor general Vadym Skibitskyi, afirmó ayer también que Ucrania «ha determinado que la ofensiva del Ejército ruso puede darse en las regiones de Donetsk y Lugansk, así como, posiblemente, en Zaporiyia».
Esa provincia del sur, controlada solo parcialmente por Rusia, alberga la mayor central nuclear de Europa, cuya seguridad será abordada esta semana en Moscú por el director general del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA), Rafael Grossi.