Diario de León

El accidente de tren en Grecia le cuesta el cargo al ministro

El choque entre un Intercity con 350 pasajeros, en su mayoría estudiantes, y un mercancías deja 40 muertos y cientos de heridos

El ministro de Transporte de Grecia, Kostas Karamanlis, en el lugar del accidente, ayer. DIMITRIS PAPAMITSOS

El ministro de Transporte de Grecia, Kostas Karamanlis, en el lugar del accidente, ayer. DIMITRIS PAPAMITSOS

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En la peor tragedia ferroviaria en la historia de Grecia, más de cuarenta personas fallecieron en la noche del martes y por encima del centenar resultaron heridas al chocar un tren con 350 pasajeros contra un convoy de mercancías. El incidente, que le ha constado ya el cargo al ministro de Transporte e Infraestructuras, Konstantinos Karamanlis, se produjo cerca de la localidad de Tempo, a unos 380 kilómetros al norte de la capital helena, Atenas, y tuvo lugar cuando ambos convoyes colisionaron a gran velocidad al coincidir en la misma vía, lo que provocó el descarrilamiento parcial del Intercity proveniente de Atenas y dirigido a Tesalónica, la segunda ciudad del país.

Los primeros vagones quedaron destruidos por el choque y el incendio que se produjo luego, con temperaturas de hasta 1.500 grados centígrados, según ha explicado Giorgos Manoli, alcalde de Tempo. Entre los fallecidos hay ocho empleados ferroviarios, cuatro de los cuales eran los respectivos maquinistas de las unidades implicadas.

Karamanlis explicó ayer en una nota difundida por medios locales, y tras visitar el lugar de los hechos, que considera un «deber» dejar de ser el ministro de Transporte como «un pequeño gesto de respeto» a las personas que han muerto «injustamente». Asumió en primera persona «la responsabilidad de las deficiencias del Estado y el sistema político griego durante años». «Cuando algo tan terrible ocurre, no podemos seguir actuando como si nada», remarcó.

En las operaciones de rescate en la zona del accidente participaron 150 bomberos y decenas de sanitarios, que utilizaron grúas y maquinaria pesada para retirar el amasijo de hierros en que quedaron reducidos los vagones y tratar de recuperar así los cuerpos sin vida de los viajeros. Eran en su mayoría estudiantes universitarios que regresaban a sus lugares de residencia una vez concluido un puente festivo con motivo del inicio de la Cuaresma ortodoxa.

«No había visto nada igual en mi vida. Cinco horas después seguimos encontrando cadáveres», contó a los medios locales uno de los miembros de los equipos de rescate. Dos hospitales de la ciudad cercana de Larisa fueron puestos en estado de alarma para acoger a los heridos, 25 de los cuales están en situación grave.

Hacia el lugar donde se produjo el accidente se dirigió también el primer ministro, el conservador Kyriakos Mitsotakis, que proclamó tres días de luto nacional por la tragedia. Según el portavoz del Gobierno, Yannis Economou, se ha abierto una investigación para aclarar cómo pudo ser posible que los dos convoyes recorrieran varios kilómetros sobre la misma vía. No se descarta que el accidente se produjera por un error humano. Por ello, las autoridades arrestaron al jefe de la estación por su posible responsabilidad en el choque.

«Nuestro vagón no descarriló, pero los de la parte anterior están destrozados», relató un adolescente que no quiso dar su nombre, según informó la agencia AP. Este superviviente contó que antes del choque escuchó el ruido del freno, saltaron chispas y luego se produjo un violento parón. Él consiguió escapar por la ventana tras romper el vidrio con su mochila. «No estoy herido, pero tengo manchas de sangre de las personas heridas que estaban a mi lado», indicó a los medios locales otro viajero visiblemente conmocionado.

«Los trenes están completamente destruidos, tanto el de pasajeros como el de mercancías», declaró Vassilis Polyzos, un residente de la zona que fue de los primeros en llegar al lugar del accidente.

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