Detenida una mujer acusada de dar la bomba que mató al bloguero proguerra
Daria Trépova, la mujer sospechosa de entregar al bloguero ultranacionalista ruso Vladlen Tatarski la estatuilla minada que acabó el domingo con su vida en un café de San Petersburgo, fue detenida por la Policía. La explosión mató a Tatarski, cuyo nombre auténtico es Maxim Fomín, e hirió a una treintena de personas que se encontraban en el café Street Food Bar de la antigua capital imperial rusa participando en un seminario de apoyo a la guerra contra Ucrania que denominaron «evento creativo». El establecimiento es propiedad del jefe de los mercenarios del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin.
La noche del lunes agentes de las fuerzas de seguridad acudieron al domicilio de Trépova en San Petersburgo, pero ella no estaba allí. Fueron llevadas a comisaría su madre y hermana para prestar declaración y la agencia Interfax difundió erróneamente la noticia de que la propia Daria había sido arrestada.
Se está intentando también determinar el paradero del marido de Trépova, quien, según determinadas fuentes, se encuentra en el extranjero.
Tatarski, natural de Makiivka, en la región ucraniana de Donetsk, se hizo popular tras el comienzo de la guerra en Ucrania gracias a su canal de Telegram, apoyando la invasión rusa. Tenía 560.000 suscriptores. El 30 de septiembre del año pasado, durante la ceremonia en el Kremlin de la anexión de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia, Tatarski declaró a la prensa refiriéndose a Ucrania que «los venceremos, los mataremos a todos, los desvalijaremos, tal y como nos gusta hacer», palabras que provocaron revuelo en Rusia.
Considerado en Kiev un «propagandista» del Kremlin, Tatarski subía vídeos a Telegram de sus salidas al frente empotrado con las tropas rusas. Sin embargo, criticaba reiteradamente a los mandos militares rusos por sus «fracasos» en el campo de batalla. Pero, al igual que otros críticos como Prigozhin, el presidente checheno, Ramzán Kadírov, o el antiguo comandante en jefe de las milicias separatistas de Donbás, Ígor Guirkín ‘Strelkov’, nunca reprobaron directamente a Putin.