Los países bálticos reactivan la mili ante la guerra de Ucrania
Las tres repúblicas bálticas han respondido a la necesidad de reforzar Defensa volviendo a tiempos del servicio militar obligatorio. Letonia, donde la mili desapareció hace más de 15 años, ha sido el último de los tres países del flanco báltico de la Otan en decidirse a volver a esa disciplina. Será de forma gradual, según aprobó el Parlamento letón esta semana. Se empezará invitando el próximo verano a incorporarse a filas a jóvenes voluntarios, que prestarán servicio por un año. A partir de 2024 se activará la mili obligatoria, que había quedado substituida en ese país por un ejército profesional en 2007.
Solo serán reclutados de forma obligatoria los hombres mayores de 18 años, para las mujeres el ingreso en el ejército seguirá siendo optativo. «Sin una sociedad militarmente preparada es imposible hacer frente a un agresor», según la ministra de Defensa, Inara Murniece.
Es la respuesta a la «nueva situación», como suele aludirse a la guerra de agresión lanzada por Rusia sobre Ucrania el febrero de 2022. Letonia será la última de las ex-repúblicas soviéticas en volver al servicio militar obligatorio. Lituania lo reintrodujo en 2015, un año después de la anexión ilegal de Crimea por parte de Rusia; en Estonia la «mili» existe desde la independencia del país, en 1991. Finlandia, desde esta semana el miembro número 31 de la Otan y con 1.344 kilómetros de frontera con Rusia, nunca la había abandonado, pese a que hasta el inicio de la invasión a gran escala lanzada con el Kremlin hizo equilibrios entre su teórica neutralidad militar y las provechosas relaciones con el vecino ruso. Mientras las tres repúblicas bálticas tienen ejércitos relativamente pequeños. Dependen para su defensa de los equipamientos, fuerzas y aviones de combate de la Otan —con varias bases en su territorio—, que vigilan su espacio aéreo.