Lluvia de críticas a Macron tras promulgar de madrugada la impopular reforma de pensiones
Al presidente francés, Emmanuel Macron, le llovieron ayer las críticas tras promulgar el sábado de madrugada la ley de la reforma de las pensiones, a la que se oponen dos de cada tres franceses.
El mandatario galo hizo oídos sordos a los sindicatos y a los partidos de izquierda del país, que le habían pedido que respetara la voluntad del pueblo y no promulgara el texto que eleva de 62 a 64 años la edad mínima de jubilación en Francia. En medio de un profundo descontento social y una tensión política creciente, Macron tiene previsto dirigirse hoy a los franceses en un discurso que será televisado en horario de máxima audiencia para tratar de calmar los ánimos.
Aunque el presidente tenía 15 días para promulgar la ley después de que el Consejo Constitucional la validara en la tarde del viernes, Macron se dio prisa y, deseoso de pasar esta página que tantos quebraderos de cabeza le está dando, firmó su promulgación al filo de las 3:30 horas de la madrugada y a primera hora de ayer ya aparecía publicada en el Journal Officiel, el equivalente en Francia al Boletín Oficial del Estado en España.
«De noche como de día, esta reforma es injusta», opinó Laurent Berger, secretario general de la Confederación Francesa Democrática del Trabajo (CFDT), el primer sindicato del país en número de afiliados. Este sindicalista lamentó «el menosprecio» de Macron hacia los trabajadores galos, tras tres meses de protestas masivas en las calles contra el proyecto.
«Como ladrones, Emmanuel Macron y su banda han promulgado su ley sobre las pensiones en plena madrugada. Porque lo saben bien: lo que acaban de hacer es un atraco democrático a mano armada», declaró el diputado de La Francia Insumisa François Ruffin. La líder de extrema derecha Marine Le Pen calificó al presidente de «pirómano» y de realizar «una enésima provocación» a los franceses al promulgar esta reforma «injusta» en plena noche.
Por su parte, el secretario general del Partido Comunista francés, Fabien Roussel, y el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon tacharon a Macron de «ladrón de vida», en referencia a que el Gobierno «roba» a los ciudadanos dos años de jubilación con la reforma al hacerlos trabajar ese tiempo de más.
El Ejecutivo galo, sin embargo, no entiende las críticas a la promulgación ‘exprés’ de la ley. «No hay nada sorprendente. Es la continuación lógica de una decisión del Consejo Constitucional», consideró Franck Riester, viceministro encargado de las relaciones con el Parlamento, en una entrevista radiofónica. «¿Qué diferencia habría en esperar tres, cuatro o cinco días, cuando el texto ya ha sido validado?», se preguntó Olivier Dussopt, ministro de Trabajo.