Rusia extiende el terror de nuevo a toda Ucrania y mata a 12 civiles
Dos niños han fallecido en un bombardeo masivo contra la capital y varias ciudades
El Kremlin ha vuelto a extender la campaña de terror a toda Ucrania. Después de varias semanas concentrado en tratar de derribar la defensa ucraniana en Bajmut y su línea aledaña del frente en el Donbás, el Ejército ruso ha bombardeado con decenas de proyectiles diferentes ciudades de la exrepública, con especial saña en Kiev, Dnipró y Uman, una ciudad de 80.000 habitantes donde un devastador misil X-100 ha alcanzado a las diez de la mañana de ayer un edificio residencial y causado, de momento, una decena de víctimas mortales, entre ellas dos niños. En total, el ataque masivo ruso ha costado una docena de víctimas, aunque los equipos de socorro aún buscan entre los restos de las explosiones.
Se trata de una de las mayores masacres de civiles registradas durante este año. En enero, una oleada parecida provocó la muerte de una treintena de ciudadanos y dejó 81 heridos en Dnipró, Donetsk, Summy y Jersón. Un més más tarde, un misil similar al caído en Uman mató a tres civiles y envió al hospital a otros veinte tras impactar en un bloque residencial de Kramatorsk. Estas últimas semanas se han producido bombardeos en otra ciudades, pero de menor intensidad.
La última acción artillera ha sido una demostración de fuego que prácticamente no se veía desde que Rusia dejó de castigar las infraestructuras energéticas de Ucrania, con bombardeos selectivos entre octubre y enero en aquellas ciudades y lugares clave del abastecimiento. Entonces se dijo que Moscú contaba con ‘topos’ o colaboradores en el país invadido que revelaban a los artilleros las posiciones donde había centrales eléctricas e importantes nudos de distribución. Pero hoy todo parece indicar que la lluvia de misiles, obuses y drones ha sido destinada a causar el pánico general. Un miedo que ha regresado a los ojos de miles de ucranianos después de que la guerra se hubiera reducido desde hace mes y medio a un pulso dramático en Bajmut, donde los investigadores occidentales creen que las bajas se cuentan por miles.
La ofensiva abre nuevos interrogantes sobre el poder del arsenal ruso. Hace solo unas semanas, en abril, la Inteligencia británica y ucraniana coincidían en que Moscú había agotado gran parte de su munición, especialmente los proyectiles de precisión y largo alcance, lo que resulta veraz a la vista de cómo su ejército ha ido disminuyendo sus acciones masivas.
Capacidad bélica
Sin embargo, un nuevo análisis difundido este mismo mes entre los países aliados señala que el Kremlin todavía tiene proyectiles para aguantar un año más de guerra. Lo cierto es que Rusia ha regresado a su táctica de extensión del terror.
El nuevo ataque masivo de la pasada madrugada contra varias ciudades y regiones ucranianas ha terminado con un balance de al menos 12 fallecidos. Esta vez las regiones afectadas han sido Kiev, incluida la capital, Cherkasi y Dnipró. En total, según el Ejército de Kiev, Rusia disparó 23 misiles de crucero, de los que 21 pudieron ser derribados por el sistema de defensa antiaérea ucraniano. Se utilizaron también drones y hay numerosos edificios dañados o semiderruidos.
Personas bajo los escombros
La localidad que peor parte se ha llevado en esta incursión ha sido Umán, en la región de Cherkasi, en donde un cohete golpeó un inmueble de viviendas alto y otro alcanzó un almacén. En total, en Umán, según las autoridades locales, se han registrado 10 muertos y 17 heridos, aunque el número de víctimas podría aumentar, ya que hay gente todavía bajo los escombros.
En Dnipró, según datos de la Administración regional, los bombardeos acabaron con la vida de una mujer de 31 años y una niña de tres años.
La casa que habitaban ha quedado completamente destruida y hay también varios heridos. En la población de Ukrainka, en la región de Kiev, fragmentos de cohetes impactaron en un edificio residencial, causando heridas a una niña de 13 años. Y, en la capital del país, metralla de los misiles cortaron una línea eléctrica y provocaron desperfectos en una carretera, pero sin causar muertos ni heridos.