Moscú lanza un nuevo ataque masivo con misiles y drones contra Ucrania
Un sabotaje destruye en Rusia un tren de mercancías cerca de la frontera e interrumpe el tráfico
Un nuevo bombardeo ruso con misiles y drones dejó la noche del domingo al menos 35 heridos, incluyendo cuatro menores, entre ellos una niña de 8 años, y varias infraestructuras devastadas en la ciudad ucraniana de Pavlograd, en la región de Dnipró, informó el jefe de la Administración local, Sergui Lisak, a través de su canal de Telegram, quien aseguró que «sufrieron desperfectos una empresa industrial, 19 edificios altos, 25 casas particulares, seis centros docentes de educación escolar y preescolar y cinco comercios».
Según el ejército ucraniano, Rusia lanzó la noche del domingo 18 misiles de crucero X-101 y X-555, de los que 15 fueron derribados por el sistema de defensa antiaérea. Antes del ataque, fue activada la alerta aérea a gran escala en otras ocho regiones del país al detectarse los bombarderos rusos desde los que fueron disparados los misiles. Las autoridades ucranianas sostienen que la defensa antiaérea tuvo también que emplearse a fondo en la región de Kiev, logrando evitar que cayese un sólo proyectil, y en Jersón, en donde sí hubo impactos y una víctima mortal. También se registraron explosiones en Sumi y Járkov.
Según escribió en Facebook, el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas de Ucrania, Valeri Zaluzhni, el ataque comenzó alrededor de las 02:30 y contó con la participación de «nueve bombarderos Tu-95 que sobrevolaron sobre Olenegorsk, en la región de Múrmansk, además de dos Tu -160 ubicados en el área del mar Caspio». Zaluzhni confirmó que «fueron derribados 15 misiles».
Por su parte, Oleksander Prokudin, jefe de la Administración militar de Jersón, reportó a través de Telegram un muerto tras la incursión rusa. Según sus palabras, «el ejército ruso atacó barrios residenciales en zonas pobladas de la región y el edificio de una institución estatal en el mismo centro de Jersón». Se registraron también tres heridos, entre ellos un niño.
El Ministerio de Defensa ruso informó ayer en su parte diario que los bombardeos durante la madrugada tuvieron como objetivo «instalaciones de la industria militar ucraniana», aunque en Kiev lo desmienten categóricamente, precisando que en Pavlograd no hay ninguna fábrica de producción militar y subrayando que quienes han vuelto a ser blanco de los misiles han sido otra vez los civiles.
Mucho más mortífero fue, también con empleo de cohetes de alta precisión, el ataque del viernes, en donde el mayor número de fallecidos, en total 26, se contabilizó en la localidad de Umán, en la región de Cherkasi, además de otros dos muertos en Dnipró. Todo esto sucede mientras se intensifican los ataques ucranianos dentro de Rusia, incluyendo acciones claras de sabotaje, aunque con resultados mucho menos destructivos que los causados por los bombardeos rusos.
Ayer por la mañana, un artefacto explosivo colocado en la vía ha provocado el descarrilamiento de un tren de mercancías, que transportaba en su mayor parte cisternas de combustible, en la región rusa de Briansk, región fronteriza con Ucrania, ha declarado el gobernador local, Alexánder Bogomaz.
El incidente no causó víctimas, pero sí un incendio que, según Bogomaz, fue extinguido a las pocas horas. Según Bogomaz, fue un acto de sabotaje y tuvo lugar en el kilómetro 136 de la vía férrea que une la ciudad de Briansk con Unecha. Descarrilaron la locomotora, que el fuego ha dejado completamente inservible, y siete cisternas. El tráfico de ferrocarriles tuvo que suspenderse. Así mismo, en la región de Leningrado, cuyo centro administrativo es San Petersburgo, la noche del domingo fue volada con otro ingenio explosivo la torre de una línea de alto voltaje, lo que provocó cortes puntuales de luz en algunas localidades cercanas.
Se da la circunstancia de que, el sábado, las fuerzas ucranianas destruyeron con drones el principal depósito de la Flota del Mar Negro rusa en Sebastopol, causando un enorme incendió que incluso generó un éxodo masivo de vehículos a través del puente de Kerch, y, el domingo, bombardearon de nuevo la región de Briansk, la localidad de Suzemka, situada a pocos kilómetros de la frontera con Ucrania, con un balance de cuatro muertos, aseguró entonces Bogomaz. Los expertos militares rusos temen que todos estos ataques ucranianos constituyan la fase previa de la contraofensiva que Kiev viene anunciando desde hace tiempo y, que según su ministro de Defensa, Oleksii Réznikov, está ya prácticamente lista para ser desencadenada.