Diario de León

Los mercenarios de Wagner amagan con su retirada del frente de Bajmut

El líder del grupo anuncia que el miércoles sus hombres dejarán el asedio por falta de municiones

El ministro de Defensa ruso inspecciona el equipo militar y armas que se enviarán a Ucrania. RUSSIAN DEFENCE

El ministro de Defensa ruso inspecciona el equipo militar y armas que se enviarán a Ucrania. RUSSIAN DEFENCE

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En la proclama más espectacular, macabra y virulenta lanzada jamás antes contra la cúpula rusa, el jefe de los mercenarios del Grupo Wagner, Evgueni Prigozhin, publicó el jueves por la noche en su canal de Telegram un vídeo rodeado de decenas de cadáveres ensangrentados, asegurando que eran sus combatientes, mientras arremetía duramente contra el ministro de Defensa, Serguéi Shoigú, y contra el jefe del Estado Mayor General, Valeri Guerásimov, a quienes acusa de ser los culpables de las enormes bajas que sufren sus hombres en Bajmut, epicentro de los combates en la región de Donetsk, por no contar con la munición necesaria.

«Éstos son los muchachos que murieron hoy —refiriéndose al jueves—, la sangre aún está fresca», afirmaba Prigozhin soltando gritos de indignación.

Subrayó que sus unidades de paramilitares «carecen de munición en un 70%» y, si hubieran recibido los cartuchos y proyectiles «según la norma establecida», el número de bajas hubiera sido «cinco veces menor».

«Vinieron aquí como voluntarios y están muriendo para que ustedes puedan engordar en sus oficinas con muebles de caoba», declaraba el cabecilla de los Wagner, empleando contra Shoigú y Guerásimov todo tipo de insultos y palabrotas a cual más soeces. «Esos bastardos que no nos dan munición, joder, se comerán sus tripas en el infierno», increpó con signos claros de haber perdido los estribos. «¿Dónde están los cartuchos, hijos de puta?, mirad ahí», dijo volviendo a apuntar con su dedo a los cadáveres.

Luego, ayer por la mañana, Prigozhin hizo público un comunicado anunciando que se retirarán de Bajmut el próximo miércoles. «Hago un llamamiento oficial al Jefe del Estado Mayor General, al Ministro de Defensa, al Comandante Supremo —el presidente, Vladímir Putin— y al pueblo de Rusia. Declaro en nombre de los combatientes y los mandos de Wagner que nos vemos obligados a transferir nuestras posiciones al Ejército ruso».

Según la nota, sus hombres, en ausencia de munición, «están condenados a una muerte sin sentido». Ayer por la tarde, Prigozhin publicó otro vídeo más reiterando que los dirigentes rusos «cargarán con la responsabilidad de decenas de miles de muertos y heridos ante sus madres e hijos».

En medio de todo el tumulto, el Ministerio de Defensa informó que Shoigú ha iniciado inspecciones para comprobar que las tropas cuentan con la munición necesaria.

No es la primera vez que Prigozhin denuncia la penuria de pertrechos en el frente de Bajmut, ciudad que intenta sin éxito capturar desde el pasado agosto y tampoco es ésta la única vez que advirtió que se retiraría del campo de batalla, pero nunca ha cumplido sus amenazas. Su conflicto con el Ministerio de Defensa se prolonga ya desde el año pasado, pero bien es cierto que no se había manifestado de forma tan aguda como ahora.

Wagner tiene un contrato con el Ministerio de Defensa y carece de autonomía para obrar por su cuenta. Quien sigue mandando en Rusia es Putin y no va a permitir que los mercenarios abandonen sus posiciones en Bajmut sin graves consecuencias para Prigozhin, que podría incluso acabar entre rejas.

Bien es cierto que la imagen del máximo dirigente ruso, que no ha dicho todavía nada del ataque del miércoles contra su residencia oficial del Kremlin, se deteriora a pasos forzados. De ahí tal vez la osadía del jefe del Grupo Wagner con su brutal y mordaz vídeo.

El Estado Mayor del Ejército ucraniano estima que los mercenarios rusos «no se están quedando sin municiones, sino sin combatientes, y Prigozhin se ve obligado a recurrir a métodos escandalosos para justificar su retirada del frente». Kiev sostiene que los combates en la irreductible Bajmut se cobran a diario la vida de varios cientos de combatientes rusos, de wagnerianos fundamentalmente. Prigozhin ha admitido varias veces que sus hombres sufren «serias» pérdidas, pero nunca ha facilitado cifras concretas.

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