Zelenski pide al papa Francisco que «condene los crímenes rusos»
Posible mediación del pontífice para que vuelvan con sus familias los niños deportados a Rusia
Vestido con chaqueta y corbata llegó Volodímir Zelenski al Palacio Apostólico del Vaticano el 8 de febrero de 2020 para mantener una audiencia con el papa Francisco, que volvió a recibirle ayer, pero en circunstancias muy diferentes. El presidente ucraniano, más avejentado pese a que sólo han pasado tres años desde la anterior cita, lucía la habitual indumentaria militar que lleva desde que comenzó la invasión rusa hace ya quince meses.
El Papa y Zelenski estuvieron dialogando durante unos 40 minutos con la ayuda de un intérprete. El líder de Kiev se llevó la mano al pecho al ser recibido por Jorge Mario Bergoglio, asegurando que esta cita era para él «un gran honor». También suponía una oportunidad para tratar de ganarse a Francisco, que ha mantenido una cierta equidistancia desde que comenzó el conflicto. Aunque ha hecho continuos llamamientos a favor de la paz y del pueblo ucraniano, no ha tenido empacho en criticar a la Otan por «ladrar» a las puertas de Rusia.
Tampoco ha mencionado el líder católico apenas al Estado invasor, considerando que existe una lógica «imperial» detrás del conflicto. Zelenski aclaró que le había pedido al Papa durante la audiencia que apoye el plan de paz diseñado por Kiev y «condene los crímenes rusos» cometidos en Ucrania, porque «no puede haber igualdad entre la víctima y el agresor».
El Vaticano informó de que en la conversación ambos coincidieron «en la necesidad de continuar con los esfuerzos humanitarios en apoyo de la población». Francisco, además, subrayó que hacen falta «gestos de humanidad» de manera urgente con las «víctimas inocentes» del conflicto.
Aunque la Santa Sede no quiso ofrecer más detalles sobre la «misión en marcha» que, según explicó Bergoglio hace dos semanas, ha lanzado el Vaticano para tratar de aliviar las consecuencias de la guerra, Zelenski aclaró que habló con el Pontífice de los miles de niños ucranianos deportados a la fuerza por los militares rusos. Hay esperanzas de que el Papa pueda facilitar que retornen con sus familias, repitiendo así la labor realizada el año pasado que propició el intercambio de prisioneros entre los dos bandos.
Ucrania y Rusia se atribuyeron ayer sendos avances en la localidad de Bajmut y sus alrededores, mientras las tensiones comenzaron a subir en otros puntos del frente en el Donbás.
«Continúa la operación defensiva en la dirección de Bajmut. Nuestros soldados están avanzando en algunas zonas del frente, mientras que el enemigo está perdiendo equipos y hombres», escribió en Telegram el comandante de las fuerzas terrestres ucranianas, Oleksandr Syrskyi.
Según informó previamente el Instituto para el Estudio de la Guerra (ISW), las fuerzas de Kiev ganaron territorio al noroeste de Bajmut en contraataques localizados en el área entre Bohdanivka y Berjivka, como puede verse en imágenes grabadas que muestran la retirada de las tropas rusas bajo el fuego de la artillería ucraniana en la orilla sur del embalse de Berjivske.
La viceministra de Defensa de Ucrania, Hanna Malyar, confirmó ayer el avance de las tropas ucranianas en los suburbios de Bajmut, donde la situación se desarrolla de forma «dinámica», dijo. «Nuestras tropas avanzan gradualmente en dos direcciones en los suburbios de Bajmut. No se puede dar datos correctos ahora porque hay hostilidades activas en marcha», escribió en Telegram.
Rusia, por su parte, afirmó haber continuado su avance dentro de Bajmut, donde las unidades de asalto del Grupo Wagner «liberaron un barrio en la parte noroeste» de la ciudad.
Horas antes, el jefe del grupo paramilitar, Yevgueni Prigozhin aseguró que Wagner avanzaba en la toma de Bajmut, donde se apoderó de «otros tres edificios», pese a la difícil situación en los flancos.